Los que dirigen la campaña de Hipólito Mejía saben que su pupilo no es fácil de controlar. Su personalidad extrovertida y folklórica al estilo Bucarán, no podrá ser silenciada y existe en sus estrategas, un temor latente ante la seriedad del momento y del proceso, y la chabacanería de su candidato.
Por Herótido Rodríguez
hrodriguez_5508@hotmail.com
Las características impredecibles del candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Ing. Agrónomo Hipólito Mejía, aspirante a ganar las elecciones del año que viene, ha forzado a su equipo estratégico que dirige su campaña, a desarrollar una programación de ultra mar para evitar los desacertados pronunciamientos de su candidato y el contacto de este con la prensa nacional.
Según muchos especialistas y analistas de la política vernácula, los estrategas perredeístas creen que manteniendo al candidato lejos y fuera del alcance de la prensa, “mantendrán los números” que algunas encuestas le dan, en las preferencias electorales.
El problema que existe con este candidato es que cada vez que habla, “mete la pata” en buen dominicano. Esto sucede casi siempre, como ocurrió con el llamado que hizo a los deudores de los bancos del país, para no paguen las deudas contraídas con estas Instituciones y las amenazas que hizo de que de ganar las elecciones de mayo del 2012, eliminaría la Tarjeta Solidaridad a cientos de miles de dominicanos que reciben este servicio, entre otras barbaridades. Esta situación ha preocupado grandemente a los que dirigen la campaña el candidato blanco, pues cada vez que habla, se desploma su candidatura y han optado por sacarlo del país, mientras ponen en ejecución estrategias como la ejecutada por un grupo de periodistas militantes del PRD, quienes denunciaron que en el país “NO HABIA LIBERTAD DE PRENSA”, pretendiendo crear una bola humo para ocultar los desaciertos de su candidato.
Los que dirigen la campaña de Hipólito Mejía saben que su pupilo no es fácil de controlar. Su personalidad extrovertida y folklórica al estilo Bucarán, no podrá ser silenciada y existe en sus estrategas, un temor latente ante la seriedad del momento y del proceso, y la chabacanería de su candidato.
Lo que hemos podido aprender de la personalidad del candidato del PRD y el PPH, es que este señor no se toma nada en serio y que a juzgar por la forma en expresa sus planteamientos, tiene problema en su sistema de procesamiento de la información, para comunicarse.
Esta gran debilidad que pesa sobre los hombros del candidato perredeísta, unida al peso que tienen esos funestos 4 años de relajo que vivió el país en el periodo 2000-2004, mantienen en jaque a los que dirigen la campaña del “guapo” de Gurabo. Tratando de ver cómo atenúan los efectos del desafortunado discurso político del aspirante presidencial de su partido, han decido alejarlo de las masa y del país, para que no se afecte su posicionamiento en el mercado electoral, cosa que no han podido lograr, pues cada vez más se desploman las posibilidades de triunfo del PRD, ya que el pueblo le ha robado la seña y se ha dado cuenta de que el distanciamiento del candidato con su frecuente viajes al exterior, es para que no hable, en virtud de que cada vez que lo hace “mete la pata” y se hunde más.
Ahora bien, ¿Cómo podrán mantener esa situación? ¿Qué va a pasar cuando se encienda la campaña electoral? Bueno, lo que ya hemos vaticinado, que el PRD con Hipólito Mejía perderán en la primera vuelta en las elecciones del 20 de mayo del 2012.
Sería más digno, para los estrategas perredeístas, dejar que su candidato se exprese libremente y que sea el pueblo el que juzgue como al efecto ocurrirá. Tapar el Sol con un dedo no resolverá su problema, pues, dice el refrán que árbol que nace torcido jamás su tronco endereza y tarde o temprano volverá a meter la pata.
No exilien a Hipólito, pues fuera del país no deja de decir barbaridades. El mundo es ya un puño y enviándolo al extranjero para evitar su desplome no es una buena opción, porque allende los mares, es ahora el hazme reír de nuestros conciudadanos en esos lares, con sus hipolitadas