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El peor enemigo de un dominicano: otro dominicano



Es una actitud extraña. Mientras otras comunidades se integran y colaboran entre sí, apuntalando la temprana conquista del mentado sueño americano, la mayoría de dominicanos en EE.UU. -no todos- luchan con denodado afán por destruirse ellos mismos, ora con rumores insanos, ora con ataques directos, ora con denuncias inconfesables.  Un artículo o defensa mía a uno nuestro duele y ofende ¿a quién?: a otro dominicano. Es una actitud ya consustancial a nuestra propia idiosincrancia, que nos fue legada hace muchos lustros, y que fue abonada en su más profunda raíz por Rafael L. Trujillo.
Por Johan Rosario 
Ataviados aún en el traje de Guacanagarix y orgullosos de ejercer un tumbapolvismo propio de lacayos, muchos de "nuestros líderes" en Nueva York asumen causas ajenas a los intereses que deberían enarbolar, y se arrodillan jubilosos para rendir pleitesías a ciertos grupos de poder anglo en cuyo historial figuran incontables afrentas contra el sistema de valores que sustenta la dominicanidad.
Al bajarse los pantalones de forma tan vergonzosa, quizás aguardando que las próximas nalgadas truenen más fuertes, hay 'dirigentes' y figuras dominicanas que ofrecen la más elocuente radiografía del por qué se incubaron tantos dictadores en nuestra América Latina. Y es que somos masoquistas por naturaleza; el germen del entreguismo nos corre por la sangre, la humillación suele convocarnos, sentirnos aplastados parece llevarnos al éxtasis. 
Una reciente reseña en la que condenábamos el curso ralentizado y benigno que lleva un proceso judicial seguido contra un alcalde de huesos colorados, acusado, cuando menos, de maridarse con el mismísimo demonio, ha servido como pretexto para que algunos dominicanos, los mismos vilipendiados y en el ojo de un huracán que promete tumbar torres gigantes, arremetan contra los medios latinos que se han hecho eco de mi grito al vacío. 
¿Por qué tanto lavasaquismo, si ese mismo ejecutivo envuelto en el escándalo en cuestión, fue quien se atrevió a proclamar, sin empacho alguno, que los dominicanos infestaron de drogas, lotería y basura a todo el Norte y Sur de Nueva York, peyorativa descarga con la que pretendió subestimar la rica cultura de los nacidos en la tierra de Duarte y que somos mucho más que eso?

¿Cuándo fue que nos volvimos ridículos?



Por Johan Rosario 
Esta sociedad que encamina a una niña por las sendas de la precocidad sexual, es la misma en la que un carro vale más que un hermano; la que te llena un parque para cantar y fumar marihuana al ritmo del Remix "Pepe", mientras rechaza una charla magistral de la incomparable Alicia Ortega, la que privilegia el uso de aretes hasta en los ojos y en la que no tener vistosos tatuajes es 'ser atrasado'. Apena sobremanera que en el mismo lugar donde cultas damas recitaban "Tabaré" hará varias décadas, hoy se prefiera tararear: "Yo quiero un hombre que me amance". Esta sociedad en la que -todo sea por el dinero- se atreven incluso a encaramar delincuentes y narcotraficantes en tarimas para rendirles 'pleitesías redentoras' también es capaz de llamarte 'baboso' si haces buen uso del lenguaje. Y al final uno necesariamente se tiene que preguntar: a dónde iremos a parar si seguimos así? 
-RELATO- 
Retumba con violencia el merengue de 5 Estrellas. --No te meta con la gente que te pueden da' Plomo'--advierte el tema como preludio de lo que viene. La niña de apenas 12 anos, entretanto, enrosca sus muslos con los del joven que la corteja en el pornográfico mix "Pepe con Plomo". Aunque su cadencia y el provocador tongoneo dan a entender que se trata de una mujer hecha y derecha, una tía, a voz en cuello, desbarata esa impresión al proclamar orgullosa --y eso, que apenas tiene 12 anitos. Pasmado, contemplo aquél sorprendente espectáculo y mientras me acomodo para tomar nota, apenas llego a deslizar la pluma intentando teorizar sobre lo mal que camina esta sociedad, cuando otro criollo, Vakeró de nombre, irrumpe aún con más ímpetu, rompiendo por completo mi concentración --Ay, sí, ven pa' rompete la tela --vocifera el músico con grande estridencia. Vencido por los hechos, tiro el lápiz al zafacón y presuroso salgo del lugar. --No miraré hacia atrás --pienso--, mientras camino ya afuera de aquella casa en cuyo interior se celebra, a la clara, una deprimente orgía de la menor, con el consentimiento de varios familiares que celebran eufóricos la hazaña de la infante. Sin embargo, bien dice el dicho que la curiosidad siempre acaba matando al ratón. No me contengo y segundos después miro hacia atrás de nuevo: entonces, el asombro cubre ahora más mi rostro con la nueva escena que apresan mis ojos: la niña se relame de gusto, mientras el joven con el que antes bailaba, introduce su lengua por el ancho escote de su blusa. Ya no quise ver más y comprendí, muy a mi pesar, que vivimos una era en donde los valores no tienen casi sentido. Esta sociedad que empuja a una niña y la estimula al sexo temprano, es la misma en la que un carro vale más que un hermano. Es la que te tacha de estúpido si honras una deuda a tiempo; la que te llama pariguayo si no tomas ventaja del prójimo; la que te llena un parque para cantar y fumar marihuana al ritmo de Plomo y Pepe, mientras rechaza un evento cultural para abordar temas históricos o literarios, la que en el mismo sitio donde cultas damas recitaban "Tabaré" hará varias décadas, hoy prefieren tararear "Yo quiero un hombre que me amance", la que te considera anticuado si no usas arete hasta en los dientes o un vistoso tatuaje en los brazos; la que te tilda de "baboso" si haces buen uso del lenguaje; la que te llama "atrasao" si no te ciñes a las modas de época; la que te exige grandes cadenas y guillos como garantía de solvencia material, y la que, todo sea por dinero, encarama a delincuentes y narcotraficantes en tarimas para rendirles pleitesias redentoras. Viendo todo este extravío, y la adherencia al mismo de figuras anteriormente paradigmaticas, la pregunta surge sola: ¿Cuándo fue que todos nos volvimos ridículos?...¿Cuándo fue que dejamos de apreciar la simpleza de la lluvia, la limpidez del cielo y la hermosura que proyecta el vuelo de una mariposa?...¿Cuándo fue que nos arropó esta oleada de vergonzosos antivalores?...

¿Por quién doblan las campanas?

EL CASO DE TONY DOMÍNGUEZ

Por Juan Estévez
Quiero comenzar este comentario con las siguientes citas bíblicas: 1) "No juzguen para que no sean juzgados" ; 2) "Con la vara que midas con esa misma serás medido"; 3) "Por qué miras la paja en el ojo ajeno y no la viga que tienes en el tuyo?" 
Quiero aclarar que no conozco al señor Tony Domínguez. Lo único que he investigado de él es que es oriundo de nuestro pueblo de Tamboril, que es el propietario, fundador o creador de una página en Facebook que se llama Mitamborildigital Puntocom, y que reside en los Estados Unidos.  
Sin embargo, he leído con mucha atención todas las muestras de cariño que ha recibido a propósito de una situación que tiene con la justicia norteamericana, por lo que he llegado a la conclusión de que es una persona muy apreciada. Señores, recuerden que se presume la inocencia de una persona hasta tanto no haya sido condenado por un tribunal competente. 
No dañemos honras y reputaciones sin ninguna base, por asuntos meramente políticos. No liguemos una cosa con la otra. La mayoría de los dominicanos residentes en EEUU,en este caso tamborileños, es gente buena que se levanta bien temprano a trabajar para lograr el sustento de sus familias. HOY POR MI, MAÑANA POR TI.  

Jorgelaine Morel, un perfume bueno donde casi todo huele mal


Por Johan Rosario

TAMBORIL.- Una mujer hecha a sí misma desde una humilde familia que la educó en la cultura del esfuerzo y la superación ha llegado al cabildo de Tamboril para perfumar con su prestigio, su serena pero firme voz y su historia inmarcesible una sala que no despide precisamente los mejores olores. Se llama Jorgelaine Morel.

Aunque no ha reformado como aspira ni cuenta con nadie más que ella misma siendo de un partido opositor hoy a la deriva y cuyos socios de sala sucumbieron temprano a las mieles del poder, esta aún joven mujer que nos ocupa, esposa del reconocido y laureado poeta tamborileño Dagoberto –Martín- López (Coño, dice él), madre de dos meritorios jóvenes y luchadora sin descanso, con su accionar bordeado por la decencia, la honestidad y la resistencia más estoica, ha sabido sentar un ejemplo en Tamboril, el Cibao y el país.

Sin pregonarlo mucho, Jorgelaine se ha convertido en antorcha de las libertades en todas sus manifestaciones, defensora de las garantías y los derechos ciudadanos y constitucionales y conductora de una participación ciudadana cada vez más amplia y democrática en un marco de integridad y seguridad local y nacional.

En consecuencia, ella es una profesional del derecho que brinda a su pueblo el conocimiento adquirido y como profesional humanista y agente de la libertad trabaja para que exista en Tamboril una expresión democrática de la política. Desde el cabildo, vigila y fiscaliza con celo, hasta donde pueden llegar sus ojos, los recursos que administra el ayuntamiento.

Su valor es poner sus conocimientos de derecho al servicio de su pueblo y de la Patria, en un ambiente de bienestar, paz y justicia.

BIOGRAFIA DE JORGELAINE MOREL

Ella nació en Tamboril, Santiago el día 30 de marzo del año 1970, en el hogar compuesto por Juan Antonio Morel y Francisca de Jesús Ventura, conocida por todos los tamborileños como (Pancha), de los cuales recibió la formación intachable que como sello indeleble de moral hoy exhibe.

De sus padres, seres humildes e infinitos en el amor filiar, aprendo la importancia de vivir en comunidad y a preservar la unidad familia, porqueellos le enseñaron que ´´todos quienes nos rodean son nuestros hermanos.

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