La diáspora sostiene al país... déjenla tranquila
Poco a poco se han ido creando las condiciones para que los dominicanos sigan en el extranjero sin que la nostalgia del país los atormente.
Lo primero fue la doble nacionalidad. Lo segundo fue el derecho de elegir y lo tercero a ser elegido. Esos privilegios reconocen la importancia de la diáspora y sus aportes en diferentes órdenes.
Aunque no debe olvidarse que más que concesiones, son reivindicaciones. No fueron otorgadas por las buenas, sino por las malas. Incluyendo las botellas en embajadas y consulados.
Se los quiere felices y contentos, pero allá, en ultramar.
Picarles el amor propio y prometer que en un próximo gobierno se buscará la forma de que regresen como hijos pródigos, no es la mejor manera de ganarse su voto.
Aunque suene feo y duela decirlo, ellos son los carneros del sacrificio. No pueden retornar por ahora porque son el Atlas que sostiene el cielo de la economía dominicana.
Si faltaren sus remesas, no hay Fondo que pueda salvar la República de un desastre mayor. Dejarlos tranquilos es lo más sabio por el momento. Que algún día...
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