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Niñas de 11 y 12 años se prostituyen en Santiago


MENORES FRECUENTAN BURDELES

CODIGOALDIA.NET/ARTURO TAVERAS

SANTIAGO, REP. DOM.- Las siete de la noche marcaba el reloj de mi celular cuando pasé por el lado derecho de la Tenería Bermúdez y el izquierdo del ensanche del mismo nombre, cuando palpé con mis ojos la presencia de tres niñas con no más de once años sentadas como todas unas adultas en un negocio de expendio de bebidas que se encuentra a la derecha, entrando por la 27 de Febrero de la ciudad de Santiago de los Caballeros, República Dominicana.

Mis ojos vieron con claridad a tres, si habían más esparcidas por el lugar no las vi y a este respecto decían los viejos de antaño: "pero es que tú no tienes seso en la cabeza", para referirse a un muchacho testarudo. Lo que quiero dejar en tu conocimiento al leer esta nota es que nada más la ausencia de masa encefálica y tacto común explica que todavía a estas alturas los responsables de velar por la integridad física y moral de niños, niñas y adolescentes permitan que deambulen por ahí sin ninguna dirección.


Partiendo del principio de que sus padres estuvieran presentes en el lugar ingiriendo bebidas alcohólicas, resulta todavía peor, porque deben saber a qué se abstienen si por ese lugar pasaran los responsables de velar porque se cumplan mínimamente las leyes, aunque no sucediera lo mismo si se presentara una unidad de policía de las denominadas Barrio Seguro o una dualidad motorizada vestidos de negro, con cara de pocos amigos (pero sí de $$$), con sendos cascos protectores, una pistola en la cintura (ambos), una recortada blandiendo el aire (el que funge como pasajero), grilletes para hacer obedecer a los reacios; porque entonces el panorama cambiaría, por la sencilla razón de que lo único que exigirían es $$$ al o los responsables y seguir su camino (como si nada hubiera sucedido) en busca del completivo de sus gastos y compartes, porque se da la disyuntiva de que tienen que pedir para el batallón que también necesita cubrir lo que no cubre el miserable sueldo que le desembolsa el Estado.

El dueño de un negocio que nota la presencia de menores en su establecimiento y no actúa en consecuencia, lo hace por más de una razón: 1) está acostumbrado que vaya la policía a buscar su mesada, entregársela sin comentario y caso resuelto (porque no ha pasado ni pasa nada); 2) son hijos de clientes distinguidos, por lo que es mejor dejarlos que ofender la venta de sus productos; 3) poco le importa la presencia de menores, si parte de la premisa de que no son sus hijos, en ese caso (qué le importa que se jodan), a fin de cuentas están en la lista de posibles clientes y en muchos casos sucede que comienzan a consumir tragos para ir adaptándose al ambiente, de ahí que la posibilidad de una o un delincuente y de un homosexual o una meretriz no se encuentra distante en el tiempo y el espacio que tienen estos menores para delinquir en un país descojonado en todos sus estamentos sociales, económicos, políticos...

19 de junio de 2011

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