La solitaria multimillonaria Huguette Clark, no dejó nada a sus familiares en su testamento, dando la mayor parte de sus $ 400 millones a la caridad y “sólo” 33 millones a su enfermera.
Clark, que murió el 24 de mayo en el Centro Médico Beth Israel, a la edad de 104 años, también dejó 500 mil dólares a su abogado, Wallace (Wally) Bock, de 79 años, y a su contador, Irving Kamsler, de 64 años, un delincuente sexual convicto.
Adicional la oficina del fiscal de distrito de Manhattan, está investigando si Bock y Kamsler posiblemente malversaron su riqueza.
“Intencionalmente no se prevé en esta, mi última voluntad y testamento, por cualquier miembro de mi familia, por el lado paterno o materno, y no he tenido contactos mínimos con ellos en los últimos años”, escribió Clark en su testamento presentado ayer en La Corte.
El testamento de Clark fue elaborado en abril del 2005, cuando tenía 98, y supuestamente en su sano juicio. La persona más cercana y que consta en su testamento es su ahijada Wanda Styka, que fue legada con $12 millones después de los impuestos.
Pero la enfermera Hadassah Peri, que fue asignada al azar por una agencia para cuidar de Clark en 1991, fue la beneficiaria más afortunada.
“Yo era su enfermera privada, pero también su amiga”, dijo Peri, de 60 años, una inmigrante de las Filipinas.
“Yo la conocía como una persona amable y generosa, con quien compartí muchos momentos maravillosos y a la que quiero mucho”, agregó Peri, que vio a Clark todos los días durante 20 años. ”Estoy profundamente triste por su muerte, sobrecogida por la generosidad que ha mostrado a mí ya mi familia”.
Peri a quien Clark ya le dio $ 2 millones para comprar cuatro casas, también recibió unaa extensa colección de ”muñecas francesas y japonesas”.
Su asistente desde hace mucho tiempo y su médico personal también se quedaron con algo de la generosa herencia. Agencias
Clark, quien no tenía hijos, era la hija del ex senador EE.UU. William Andrews Clark, el rey del cobre.
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