'Será la primera vez que un grupo tan numeroso de dominicanos deportados reingrese a territorio norteamericano con sus verdaderos nombres, sin violar las fronteras y en vuelo comercial rutinario. Lo patético es que atravesarán el Norte ahora más aplastados que como una vez fueron botados cual saco de papas: a cumplir otra larga y dura condena para volver nuevamente al punto de partida. Cosas de perro huevero...'
La hora latina