Homenaje pequeño a mi padre grande

Mi padre junto a Yessenia Monsanto, su sobrina e hija de crianza.

Ahora que a tus años ya te vas cansando

y se hacen más suaves tus horas

quiero ser mano-abrigo, mano-nido que recoge

tu ritmo hoy diluido en el tiempo.

Y cuento tus latidos, padre,

y recuerdo  como yo fui pequeño y también anhelaba caber

en el puño de tu mano.

Te llamo y no puedo desligar tu memoria

del árbol, de la rama, del fuego, de la hamaquita,

de mi primer vocablo, de las escondidas, de la vaca aquella, de tu humildad perenne y honradez mayor y silenciosa.

Tu estatura entonces copaba entera

la puerta de mi cuarto y de mi alma.

Pero cuando ya estás cansado

y se encogen tus carnes y tus nervios,

pero crece tu corazón, casi no necesito hablarte

sino sentirte, sí, simplemente sentirte

para llegar allí donde nace tu anhelo,

donde teje Penélope el recuerdo.

Porque tú y yo estamos hechos de memorias

y los dos estuvimos unidos al mismo cálido cordón

umbilical de mi madre.

Y somos guardadores de sueños,

constantes vigías del pasado,

somos los centinelas de otros días,

los recogedores de ecos,

los cazadores de nostalgias.

Todo lo que tenemos nació en la misma casa

al calor de las mismas frazadas

sobre la misma mesa

donde tú con tu mano de padre Grande

nos diste a mi madre, a mi abuela Estervina (Tu madre Santa) y a mí, el pan diario y el agua clara. Gracias papá por ser todo lo que eres. Felicidades en tu día!!!

*(No suelo publicar cuestiones familiares, pero al ser mañana Día del Padre me sentí con derecho de arrogarme esa libertad y decir estas pocas palabras a mi Santo preferido y único gran amigo que la vida me ha dado. El tiempo así con creces lo ha probado)...Johan Rosario.-