Esas redes son un elemento de modernidad, son un avance democrático y hasta han convertido al ciudadano en un elemento más activo y presente en los asuntos públicos. Ahí se encuentra su virtud.
La Junta Central Electoral ha establecido su preocupación por las redes sociales y el día de las elecciones. La JCE teme que los rumores, o las informaciones que manejan los usuarios de las redes sociales, tengan incidencia en el proceso.
Los miembros de la Junta Central Electoral César Féliz Féliz, Rosario Graciano y Roberto Rosario han dicho que las redes sociales son una especie de atentado a la institucionalidad de la JCE. Y su interés es coartar el derecho de los ciudadanos a mantener la comunicación por los más variados recursos de la modernidad.
Legalmente no tienen autoridad para impedir que las redes sociales interactúen, como lo hacen todos los días en todos los países del mundo, con excepción de donde existen dictaduras. En República Dominicana tenemos una democracia y no puede ni debe ocurrir que se interrumpan, por las razones de seguridad que puedan alegarse, Twitter, Facebook y muchísimas otras formas de contacto interpersonal.
Esas redes son un elemento de modernidad, son un avance democrático y hasta han convertido al ciudadano en un elemento más activo y presente en los asuntos públicos. Ahí se encuentra su virtud.
El otro tema es el de la encuesta a boca de urnas que ha anunciado el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP). La JCE no puede impedir que esta encuesta a boca de urnas se realice. Ya se hizo en el 2004 y en el 2008 por parte del Conep, y la firma Penn & Schoen también las ha hecho durante varios procesos electorales.
Participación Ciudadana realizará su Conteo Rápido, que es un procedimiento de escrutinio del voto que se realiza al terminar las votaciones y luego de que se levanta el acta de votación por cada colegio electoral. Se toma una muestra y se realiza un cálculo que casi siempre es exacto. En ambos casos no hay impedimentos legales para que se realicen. En esta ocasión la JCE ha colocado obstáculos, tratando de que en ambos casos no ocurra ni la una ni la otra. Editorial de Acento.
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Diario Libre también critica estas pretendidas dispociones. Veamos lo que trae hoy:
Rumor, redes y elecciones
Los rumores no los inventó Twitter. Ni Facebook, que antes de todas esas novedades, aquí ya existía Radio Bemba, con un alcance infinitamente mayor, pues no necesitaba de electricidad, ni mucho menos banda ancha para funcionar.
Si la JCE está segura de que ha hecho bien las cosas, de que no hay por qué dudar de su imparcialidad, de que todos sus miembros gozan del respeto de los contendientes, y de que el sistema, desde el padrón hasta la transmisión de datos es adecuado... las redes sociales serán un gran aliado, por su capacidad de reproducir exponencialmente cualquier mensaje que de la Junta surja.
Si los que han lanzado, como un globo sonda, la idea de que las redes estén bloqueadas ese día, insisten en su siniestra intención, van a fracasar.
Las redes sociales están en evolución, no sabemos cómo ni para qué servirán dentro de cinco años, o de dos. Cómo las utilizaremos o para qué las utilizarán los gobiernos. Pero hoy por hoy, son lo que son y pretender callarlas desde el poder, sea electoral o político, es un tremendo espejismo, otra empanada mental (y van unas cuantas).
Los cambios de opinión de la Junta sobre la transmisión de datos, o los impedimentos a las encuestas a boca de urna son sólo exceso de celo que más que ayudar a la credibilidad de la JCE arrojan dudas sobre su trabajo (o intenciones).
Otra de Diario Libre: A boca de urna...
Las encuestas a boca de urna son una realidad de la democracia, un instrumento eficaz para la publicidad de los comicios y, si no son intencionalmente falseadas o mal hechas, un espaldarazo a la decisión del organismo electoral.
El secreto del voto no puede ser un obstáculo para la realización de encuestas a boca de urna, porque el secreto del voto se estableció para proteger al votante. Si éste, voluntariamente, lo revela, a nadie puede acusar, ni nadie tiene que meterse en eso, a pesar de lo que dispone la Ley Electoral.
Este diario entiende perfectamente las razones de la Junta Central Electoral para oponerse a las encuestas a boca de urna. Las encuestas se pueden manipular y esta campaña es el mejor ejemplo de ello, y en un ambiente tan polarizado como el que vivimos, una información servida por un organismo con credibilidad pública (aunque pueda estar tendenciado), podría crear una crisis terrible la noche de las elecciones.
Pero tenemos que comenzar a correr riesgos en este país y que cada cual pague. Solo así tendremos pantalones largos.