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Una película porno filmada en una embajada de El Vaticano


El cine para adultos mueve el engranaje de una industria gigante que genera millones y millones de euros cada año. La competencia es tal que las productoras buscan diferenciar el producto de cualquier manera para atraer la atención del consumidor. Las ideas nuevas y la creatividad pueden marcar la diferencia, pero en esta difícil cruzada ha habido un protagonista que se ha pasado de la raya.

Es el caso del doctor Jaroslav Barták, quien la pasada primavera se introdujo ilegalmente en la Embajada de El Vaticano en Praga para filmar escenas de una película porno. Barták, considerado él mismo como un católico devoto, aprovechó su condición profesional para engañar a las autoridades alertando de que existía en el edificio un virus peligroso que corría el riesgo de expandirse, según la televisión checa TV Nova. Tras recibir el permiso, se instaló temporalmente en la embajada con un equipo de técnicos y actores del filme, dirigido y producido por František Jílek.


Bartak desempeñaba el rol de un cardenal 'vicioso' durante el rodaje. Según las declaraciones de una de las actrices que participaron en el mismo, Barták pretendía grabar una escena en la que violaría a una monja dentro de las propias instalaciones, aunque finalmente no se rodó sexo explícito dentro del recinto.

"Abusó gravemente de nuestra confianza", ha denunciado Monika Vývodová, portavoz de la institución. La jugarreta del doctor se ha descubierto una vez ha sido detenido por la policía después de que varias de sus empleadas, contratadas a través de un casting, le hayan denunciado por un presunto delito de violación y acoso sexual. El historial moral de Barták es de tal calibre que también deberá defenderse de acusaciones de chantaje y posesión de drogas, entre otros. A falta del juicio, no parece ser el protagonista más adecuado para una película de estas características.

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