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El cuaderno del colmado

...Lo más importante del negocio

Es la biblia de cualquier colmadero, la columna vertebral del negocio, la computadora personal análoga...sencillamente lo es todo. Esa mascota se abre un promedio de 500 veces al día, aguanta todos los rayones de lapicero y lápiz del mundo, y definitivamente soporta estar de aquí para allá, untándose entre los plátanos y los tomates, aunque mucho lo desean nunca se pierde, ya que en ella está asentada la razón vital que mantiene en piés el negocio: el fiao. Cada vez que vamos a un colmado, quizás a comprar algo rápido, es posible que veamos al colmadero haciendo unos insignificantes apuntes en un cuadernito viejo...Serán insignificantes para nosotros, pero en serio, si no es por lo que tiene anotado ahí, quizás no tuviera una gran clientela, como explica el colmadero de mi barrio: ¡Hermano, el que no fía, no vende!

Un Excel de mano

Esa mascota doblada, con la portada gastada y rota, las hojas sucias y descuidadas y cualquier otro signo de uso exagerado, mantiene la contabilidad exacta de todos los deudos de cualquier colmado. Digamos que es como el Excel que usamos ahora, pero a lápiz y con hojas. A diferencia del famoso software de cálculos, este cuadernito maneja de una manera rustica pero confiable todo lo que los clientes van cogiendo los artículos y alimentos que necesitan. En innumerables negocios vemos un legendario aviso que reza: Hoy no fio mañana si, Dubó, mi colmadero me dice que eso es bulto, que no conoce ni un solo colmado que no haya tenido que terminar fiando, al igual que los bancos, las financieras y los prestamistas en los colmados se vive con riesgo. "El que fia ta epueto a tener deuda, a ta cayéndole atra a la gente, incluso a llamar a la casa de los deudores pa ve si pasan a traerle la comía a uno, pero esa es la única manera de pode vivir y ma con eta crisi".
Entre rayas y números

Con mucho recelo y cuidado, Dubó me permitió hojear el sagrado cuaderno de números y anotaciones, María la doña de la esquina debe 765 pesos más un botellón de agua y una 4ta de aceite que pidió el día de hoy. Don Federico, saldó su deuda de 567 pesos que tenia la quincena pasada pero esta mañana vino y se llevo un juguito con dos panes de agua para su desayuno. Este cuadernito marca Apolo tiene deudas que nunca se saldarán, personas que se fueron del barrio sin antes pasar por donde Dubó, quizás para estos casos no estaría mal crear un Cicla exclusivo para colmados, así cuando uno vaya a otro exista un record de anteriores fiaos en otros establecimientos. Mientras, Dubó siempre tiene su lapicero a mano para tomar los pedidos por teléfono, según las leyes internacionales del fiao, este préstamo sin intereses debe pagarse cada quincena, de lo contrario Dubó manda a su hijo Ramoncito a la casa de quien debe, y si eso no basta pues ya se imaginan quien hará yuca hasta que le paguen su fiao.
Una herramienta de control

El fiao, como cualquier otra facilidad es un servicio bastante demandado en los barrios más necesitados, y seamos sinceros en todas los niveles de la sociedad existe, solo que en los sectores populares es toda una costumbre y cotidianidad. La mascota es el sistema confiable que tiene Dubó para tener el control de su negocio, escrito en jeroglífico apenas puedo identificar los números, pero para los nombres necesito la asistencia de mi colmadero, veo como reinan los apodos, un tal moreno debe 90, tuvo apenas 45, alguien llamado cácara debe casi 2mil «ese se me ta escondiendo» me dice Dubó con un poco de pique. Sigo hojeando entre rayones mal hechos y escrituras apresuradas y aprovecho para preguntarle cual ha sido la deuda más alta que ha tenido «Oh, esa es la de Vitico el de la calle 3, me debe casi 5mil turuluses, pero ese paga» como ven, no todo es perdida, es mas según mis cálculos un 75 por ciento de los anotados en el cuaderno pagan sus deudas, quizás no de un fuetazo pero chin a chin. Antes de irme, le coloco el cuaderno donde mismo estaba, debajo del mostrador y me llevo un juguito y unos platanitos, cuando ya estoy saliendo por la puerta le digo a Dubó ¡anótamelo! y el con la misma actitud e insistencia con que le exige a los demás me dice « Paga lo que debes, ya van 800 rayas que me debes». *De Duarte101.com

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