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Huye como el diablo a la cruz de la gente que azara

En la farándula hay una clase de gente a la que hay que andarle de lejitos y evitar su compañía, recibir sus servicio o colaboración, porque definitivamente se tiene la convicción de que azaran.

Los vemos en los negocios, en la música, en la televisión, en la publicidad, la promoción y en muchas otras áreas del quehacer que nos ocupa.
Hay que aprender a identificarlos, para en lo posible alejarse de ellos, y evitar una vida de sufrimientos y fracasos.

Aves de mal agüero, que todo se lo encuentran mal, para los cuales solo es bueno, válido y sirve lo suyo.

Por lo regular son personas que se manejan en base al empleo de recursos sucios en contra de los demás en su afán de sobresalir, creando turbulencias donde no las hay.

Son gente de mal vivir, que generan inseguridad y malestar, que crean tensiones y conflictos innecesarios dondequiera que aparecen.

Viven de crear confusión, que exageran los pocos créditos que puedan poseer, en en afán enfermizo por sobresalir, en razón de que muchas veces nadie los valora ni los quiere.
Si decide emprender un proyecto o negocio con ellos, al breve tiempo se puede ver enfrentado a toda suerte de obstáculos y situaciones difíciles que no le dejan avanzar, sin que usted se percate de donde proviene el mal.

Líbrele Dios de si es artista acoger a un ser como manager, o promotor, porque se azara.

Si monta un baile llueve o se va la luz. Y si es en un pueblo tradicional, el mismo día de la fiesta fallece una persona querida en la vecindad y el baile se cae. 


Y si por casualidad se llega a dar el baile con gran asistencia de público, se origina un tiroteo o un pleito a sillazos y botellazos, que desbarata la fiesta.

Con malicia, buscará absorber los créditos que a usted le tocan por su talento, y proclamará que lo poco que haya alcanzado se lo debe a él. No faltará la expresión de que "sin él usted no es nadie".
Si el fucú trabaja como asistente de una cantante, cuando se prepara para salir a escena se percata de que el vestido no le sirve, no le cierra un zipper, se descose, sin contar el hecho de que el equipo de sonido colapse, un micrófono se apague y se sucedan una serie de incidentes en cadena, que no pueden ser otra cosa que resultado de la gravitación de fuerzas negativas que hay en su entorno.

Si es usted dueño de un programa y acoge al fucú como productor o asistente, verá como de repente se le presentan una serie de percances. El canal le aumenta el precio del arrendamiento, los anunciantes se van en una especie de efecto caída dominó, le renuncia personal, y los niveles de audiencia entran en picada, hasta provocar su salida del aire.

(Ciertos programas que salieron del aire recientemente fueron víctimas del maleficio de los espíritus malignos que gravitan y levitan en la televisión.)

Se cargan de tanta negatividad, que se convierten en pararrayos atrayendo descargas eléctricas innecesarias a quienes trabajan, en medio de tenebrosos relámpagos y truenos, porque son seres de la tormenta, no de la calma.

No es que uno sea supersticioso o cabalístico, pero deja mucho que pensar que cuando uno de estos personajes llega a su casa, si por casualidad le da con tocar una planta, la misma a los pocos días se seca.

Dígale adios a la cotorra si el azaroso se pone a jugar con ella pidiéndole "el piojito", como le ocurrió a  "Cuca", la legendaria mascota del italiano Freddy Jabes, ex dueño de Safari Disco y productor de la Cámara Secreta en la televisión.

Un "ave de mal agüero"  invitado a una de las clásicas cenas de espaguetis que este hacia en su casa, tocó y jugó con la cotorrita, y a la mañana del día siguiente el pajarito amaneció  de espaldas con las dos patitas para arriba.

Como si fuera poco, gran parte de los peces murieron en la pecera, como si el agua hubiese sido contaminada.

Todo quedó como un misterio, pero la única gente que estuvo de visita invitado a comer espaguetis, fue el personaje que ha convertido a muchos artistas en damnificados del arte.
A manera de coloralio, aunque no vamos a mencionar los nombres de los fucuses del medio artístico, sí diremos gente que ha sido víctima de los mismos.
Johnny Ventura sufrió los efectos de un fucú que no lo dejó avanzar y desarrollar sus proyectos de televisión. Lo mismo ocurrió con Yaqui Núñez del Risco en la segunda etapa de su carrera como productor, porque la primera fue ampliamente exitosa, antes de que apareciera el fucú.

A  Vladimir se lo estuvo comiendo un fucú en los últimos años. Le cayó una maldición que le tumbó el grupo y lo puso hasta a pelear con las mujeres. Hasta que por fin parece que se libró del espíritu burlón que lo asediaba, y ha podido gozar su Chucuchá.

Willy rodríguez en una ocasión tuvo un fucú, pero logró librarse de él...

El fucú que le desgració la existencia a Pochi Familia fue una mujer residente en Miami.

A Sonia Silvestre le cayó un conocido fucú a partir de que grabó "Yo Quiero Andar". Como se dice en el argot popular más nunca volvió a ser gente....
Rasputín ha sido victima permanente de un maleficio, fijense que cayó hasta preso.
De los fucuses de Alex Bueno y El Zafiro es mejor no hablar...Fijense que este último hasta se ha cambiado el nombre por "El Diamante Azul".

Kinito Méndez se ha librado de ellos porque al parecer se entiende con unos seres que invoca en su música de santería, y los fucuses le tienen miedo a eso. Le huyen como el diablo a la cruz.
En la televisión a Emilio Angel no le valió ponerle a su programa el nombre de "El Candelazo". Un fucó le apagó el fuego...

Dicen que hasta Bebeto tiene que investigar para ver quien es el que le ha echado un "guanguá".

Aníbal Bravo y Felizcumbé se neutralizaron uno con el otro, generando fuerzas destructivas con las que aniquilaron hasta al "Gatico". No se ha sabido nunca cuál de los dos era el fucú,  aunque algunos atribuían el maleficio a La Bobina.

Issa Gadala tiene un fucú desde que se juntó con Juan Gabriel, un ave que trae mala suerte...
En el campo de la música urbana, el fucú más grande lo tiene Omega.

El Oráculo dice que a Venya Carolina no hay que buscarle fucú porque el fucú es ella...

Y vamos a dejar aquí el tema, no vaya a ser cosa que un fucú nos desgracie la página...

Pero recuerden algo, no basta con ellos los actos apotropaicos como tocar madera, cruzar los dedos ni santiguarse.

¡Zafa!

*MERENGALA.

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