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| Rodman muestra en el aeropuerto de Pekín las fotografías con su amigo Kim Jong-Un |
El exjugador de baloncesto Dennis Rodman ha vuelto de Corea del Norte con un mensaje para el mundo: «Kim Jong-Un quiere cambiar las cosas», aseguró tras visitar al dictador norcoreano, que, según recoge el Daily News, además le pidióque dijera «cosas muy buenas» de su país cuando regresara a Estados Unidos.
Dennis Rodman ha llegado de Corea del Norte tras cinco días de visita en los que se entrevistó con el líder norcoreano, Kim Jong-Un, pero sin conseguir liberar al ciudadano estadounidense Keneth Bae, preso en este país por supuestas actividades contra el régimen de Kim.
Un grupo numeroso de periodistas recibió al extravagante deportista en el aeropueto de Pekín, frente a los que Rodman se presentó con un puro sin encender. Preguntado por el caso de Bae, Rodman espetó: «No es mi trabajo traerle de vuelta. Pregunta a Obama sobre eso», recoge la prensa independiente del país asiático.
En un tono más amable, el exjugador de baloncesto de más de 2 metros de altura y 51 años enseñó diversas fotografías a la prensa que ya circulan extensamente por la red, y en las que se le puede ver junto al joven líder Kim Jong-Un compartiendo mesa.
Aunque la agenda de Rodman en Corea de Norte no fue detallada, hoy trascendieron algunos detalles como que el exjugador había visto un partido de baloncesto junto a Kim, un personaje inaccesible incluso para altas personalidades políticas y empresariales que han visitado territorio norcoreano.
Fue a finales del pasado febrero cuando Rodman pisó por primera vez territorio norcoreano al trasladarse con varios miembros del equipo acrobático de baloncesto Harlem Globetrotters y personal de la productora multimedia estadounidense Vice para grabar un documental.
En este viaje fue cuando entabló amistad con Kim Jong-Un, de 29 ó 30 años de edad y reconocido fan de la NBA, y a su regreso a EEUU definió al dictador como una buena persona en varias entrevistas. Su visita generó controversia en EEUU ya que se produjo en un momento de escalada de tensión entre Washington, Pyongyang, Seúl, Tokio y Pekín ante las continuas amenazas bélicas por parte del régimen norcoreano.
Antes de su partida, Rodman declaró en Pekín que el objetivo de su viaje era «mantener la comunicación» y «lanzar una liga de baloncesto» junto con el dirigente norcoreano, al que se refirió como «mi amigo el líder Kim».
