El uno, reconocido golpeador de varias mujeres, el otro, sometido a la justicia, según consta en archivos recientes de la DNCD, por uso 'público' de sustancias prohibidas.
Ambos son representantes de la “new generation” musical.
Ambos son jóvenes y tienen los “méritos musicales” de un mundo intrincado y estridente dominado, entre otras especies, por el mambo, merengue de calle, rap, dembow, y toda una galaxia fenomenal de ruidos, acompañados de un gorjeo gutural o voces que los sabios de hoy osan en llamar géneros o música postmoderna…
Ambos, por tanto, son figuras del “arte popular tecno-urbano” y, como si fuera poco, miembros de la fábrica de melodías cuyo único elemento de exigencia y gusto es tener orejas y un computador, aunque se carezca de tímpanos y oídos.
Son, estos muchachos, luz y destello del “otro modelo” de sociedad que nos han construido y de los nuevos valores del “arte” en boga. Aunque, y esto debe decirse para consuelo de ambos, no tienen la culpa de ser sus productos ni son tampoco responsables de los fangosos cimientos de la sociedad actual.
Uno de ellos, en exorbitante ejercicio de extravío témporo-espacial, en el año 2008 (por cierto, en un acto político) confundió el manto del día con los tachones de la noche, y pronunció aquel saludo espectral que dejó pasmado a todo el mundo: abrió con un” buena noche” histórico y demencial, frente a un estupefacto auditorio que, al mirar el reloj, comprobaba que eran exactamente ¡las 11: 00 de la mañana!
El, otro, no menos patético y estrafalario, ha hecho fama y fortuna con una frase espectacular y machacona que apadrina una de sus floridas producciones musicales, la más celebraba: sin ardor ni empacho se atrevió a escupir en su disco: “tengo un bajo a yerba”! Frase que desde entonces, evocada por la muchachada, da una sensación a menjurje y acarrea humos y olores de todo nivel…
El uno, reconocido golpeador de varias mujeres, el otro, sometido a la justicia, según consta en archivos recientes de la DNCD, por uso “público” de sustancias prohibidas.
Pero lo mejor de ellos dos ha sido esto: ambos están en política y fueron presentados por sus respectivos líderes, uno con juramentación de apoyo, fotos para la prensa y todo lo demás, para atraer la juventud y ganarse el indiscutido espacio de sus fans.
¿Pero, ganar con su ejemplo?
La política es un espectáculo bestial, sí que lo es, y a nadie les quepan dudas ya, ahora bien, ¿Hasta dónde puede llegar el instinto brutal de ganar adeptos y conseguir apoyo a cualquier precio?
Entre Omega y el Lápiz, nos quedamos sin opciones. Desde el alfa hasta la omega, es decir, de la A hasta la Z, del Ecuador hasta el Polo; o lo que es igual: desde el borrador hasta la punta… de la escuela.
Larga es la vida, el talento y la imaginación de la especie política dominicana!
*Editorial de la z101digital.com