Tía Elvira (la más adulta en la foto) fue una persona esencialmente buena, dócil, cariñosa, amable, comprensiva, solidaria...un ángel que moró en la tierra para sembrar amor y preñar de luces la humanidad...esta mañana se apagó su cuerpo, pero queda el legado de una vida pletórica de dignidad y ejemplo, y eso es ya imperecedero y brilla en lo más alto del firmamento. Paz a sus restos mortales!