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Peloteros gastan fortunas en lujo

Autos de David en Millionarie Party

El dinero que ganan cada año los peloteros dominicanos en Grandes Ligas supera los presupuestos de varios ministerios del Estado. Durante los años de apogeo, la mayor parte de estas riquezas se queda en cuentas y certificados en Estados Unidos, salvo los gastos en mansiones, carros de lujo y una que otra discoteca en República Dominicana, pese a que hay muchos ejemplos distintos. Próximo al retiro, el beisbolista refuerza sus inversiones en el patio, sobre todo en bienes raíces.

Fortunas de  grandes ligas

Un grupo de 90 dominicanos ganó en 2012 más que la suma de las exportaciones de café, cacao y tabaco del país. Además de la fama que generan para ellos y su tierra, por sus hazañas deportivas, los peloteros de las Grandes Ligas ostentan extraordinarias fortunas que gastan con alegría y parte de las que, en algunos casos, invierten con timidez.

En la escala más modesta, el inicialista Juan Francisco, del conjunto los Bravos de Atlanta, y el receptor Wilín Rosario, de los Rockies de Colorado, ganaron en la más reciente temporada US$480,000 cada uno, casi RD$19 millones. El monto contiene 146 veces el salario mínimo del sector privado dominicano en su escala más alta, que al año suma RD$128,765.
Jordany Valdespin
Los jugadores dominicanos activos en la temporada de 2012 obtuvieron US$352 millones de dólares en salarios, sin contabilizar los bonos por rendimiento incluidos en sus contratos ni las ganancias por publicidad.
Superaron por más de US$100 millones los US$224.9 millones que sumaron en su conjunto en 2011 las exportaciones de cacao y sus productos manufacturados (US$183,654,000), café en grano y procesado (US$26,352,000) y tabaco y sus manufacturas (US$14,885,000).

Calculados a 39.24 pesos por dólar (tasa promedio del año pasado) sumaron RD$13,812 millones, cifra superior a cada uno de los presupuestos que recibieron los ministerios de Hacienda (RD$8,945 millones) y Agricultura (RD$7,318 millones).


La masiva difusión que desde Estados Unidos tiene el denominado “mejor béisbol del mundo” y las cifras astronómicas que envuelven los acuerdos entre los equipos y sus miembros explica la alta demanda de la juventud dominicana por el que aquí llaman el “deporte rey”, al que se dedican unas 10 mil ligas formales e informales en el país.

Los ingresos de los jugadores están sujetos al régimen fiscal de Estados Unidos, que retiene el 39.6% de impuesto federal cuando el monto devengado en el año supera los US$283,150. Además, casi todos los estados tienen sus propios impuestos a la renta.

Adicionalmente, explica el cronista deportivo Héctor J. Cruz, cada pelotero debe pagar una comisión hasta de 5% a su agente, un rol desempeñado por una figura reconocida por la industria del béisbol estadounidense para representar a los jugadores ante los equipos para la firma de los contratos. Algunos tienen también un representante en el país o pagan asesores financieros o de imagen, con un costo de entre 3% y 5% de sus respectivos salarios.

En definitiva, cada jugador termina recibiendo cerca de la mitad de su salario, calcula Cruz, y en esto coincide con el ex jardinero Stanley Javier, quien defiende los intereses de los peloteros dominicanos ante los empleadores en las Grandes Ligas.

En todo caso, si se le descontara la mitad al salario de los beisbolistas dominicanos por nacionalidad o por origen, quedaría en US$176 millones, unos RD$6,906 millones, más que los presupuestos de los ministerios de Relaciones Exteriores (RD$4,937 millones), Deporte (RD$2,032 millones) e Industria y Comercio (RD$1,692 millones).
Discoteca Africa de Hanley Ramírez. (Foto: Roberto Guzmán)

En 2010, cuando el salario total fue de US$352.9 millones, la oficina en República Dominicana de la Major League Baseball (MLB), o Ligas Mayores, calculó una reinversión directa de los peloteros de US$61.9 millones en el país, además de US$844,624 en donaciones de jugadores y organizaciones registradas ese año.

Botaron la bola.  Un solo pelotero, el antesalista Alex Rodríguez, de los Yankees de Nueva York, ganó US$30 millones, el sueldo más alto de la temporada, que se traduce en RD$1,177 millones.

Aunque muy distantes de esa cifra, ocupan puestos privilegiados en la escala salarial Alfonso Soriano, con US$19 millones; Hanley Ramírez, con US$15 millones; David Ortiz, con US$14.5 millones; Robinson Canó y José Bautista, con US$14 millones cada uno, y Albert Pujols, con US$12 millones.

El promedio entre los dominicanos se acerca a los cuatro millones de dólares, una cifra que resultaría apetecible para cualquier institución pública o gobierno municipal y hasta para pequeñas empresas, y una abundancia que responde al poder de esa industria del deporte y del espectáculo que es la Major League Baseball.

Se ponchan. Tanto dinero en manos de una sola persona, que en la mayoría de los casos creció en situación de gran precariedad, deriva muchas veces en derroches y excentricidades, así como en inversiones que no garantizan la conservación, y mucho menos el crecimiento de la fortuna ganada en el terreno de juego. La danza del gasto se inicia desde el recibimiento del bono en la firma del contrato para entrar a la liga de verano de un equipo, años antes de llegar a las Grandes Ligas.

“Luego de la inversión primaria, que normalmente es una casa (para la familia paterna), hay otro tipo de inversiones que no son las más fructíferas, que tienen que ver con el vehículo, con la cadena, con la música del vehículo, con la juerga, y ese tipo de inversión no es rentable”, comenta Pablo Ulloa, psicólogo que trabaja en la capacitación de prospectos ya firmados por equipos estadounidenses.

Otro de los gastos en que incurren los jóvenes peloteros resalta a la vista en cualquier visita al estadio, cuando llegan a sus prácticas previas al inicio del juego en la pelota del torneo otoño-invierno: Algunos lucen en sus cinturas pistolas de alto calibre, sin poner el más mínimo empeño en ocultarlas.

Además de las aspiraciones personales, en esta etapa resultan muy vulnerables no sólo a las malas influencias de amigos y relacionados, sino hasta a las apetencias incontenibles de sus familiares. Entre quienes trabajan en la formación integral de los noveles beisbolistas, corre la anécdota de un muchacho al que no identifican por su nombre, que cuando firmó su contrato inicial con el equipo se quedó sin un centavo, porque su padre acudió a retirar el cheque del bono y se desapareció.

Swing goloso. Ya establecidos en las Grandes Ligas, los dominicanos tienden a gastar mucho dinero en vehículos, mansiones, apartamentos en zonas de lujo en Santo Domingo, villas en Casa de Campo y en Cap Cana, explica Cruz, autor del libro Historia del Béisbol Dominicano.

En 2009, Hanley Ramírez, que juega con los Marlins de la Florida, mostró al diario El Caribe su Bentley plateado de US$187,000, parte de una flotilla que suma US$637,000.

Francisco Cordero exhibía su Aston Martin de US$186,000 y su Ferrari de US$285,000.

Cuando se habla de excentricidades, salta a la memoria el ex toletero Sammy Sosa, otrora rey de los cuadrangulares, con su mansión con diseño del Titanic en la exclusiva avenida Anacaona y sus fiestas de cumpleaños en Casa de Campo y en Estados Unidos, a las que se afana en invitar afamadas figuras del jet set internacional.

La mayoría de los negocios en que los beisbolistas invierten en el país son las discotecas, como en los casos de David Ortiz y Hanley Ramírez; y hasta en moteles, como hizo el gran bateador Miguel Tejada en Baní, apunta Cruz.

Otros han traído parte de su dinero, sobre todo después del retiro, para incursionar en el negocio de los bienes raíces, como Stanley Javier, o en academias de béisbol, como Junior Noboa.

Aguantan el bate. Cruz asegura que el principal destino del dinero que se ganan los peloteros está en los bancos norteamericanos, ya sea en cuentas corrientes o en certificados de depósito a plazo fijo. Otra opción es la inversión en la bolsa de valores, aunque “esos son los menos porque para invertir en bolsa de valores hay que tener un poquito de educación”, sostiene.

“Los peloteros dominicanos, como no tienen esa gran educación, siempre tienen mucho miedo en invertir en negocios (…) Yo te puedo asegurar que los peloteros son muy cuidadosos, en el 95%, y sobre todo son muy temerosos, porque no tienen una educación universitaria, y los casos de pérdida de dinero no son muy frecuentes”, insiste.
Cita el caso del inicialista Carlos Peña, que ha invertido en la bolsa de valores, aunque también ha perdido cuando se producen bajas, como ocurrió en 2008 por la crisis financiera originada en Estados Unidos.
Salsa BIG PAPIDavid Ortiz ha declarado que invierte en la bolsa de valores en Estados Unidos, pero también tiene en ese país una línea de salsas para cocina, llamada Big Papi Kitchen.

De hecho, el dinero de los bigleaguers alcanza para los lujos y los derroches y rinde para vivir bien, a juzgar por los negocios de Sosa, quien cuando aún estaba activo se hizo de una compañía en La Florida que compraba edificios viejos para reparar. Ahora invierte en petróleo, medicina y utilería deportiva, cuenta Cruz.

Una negociación cara y errática fue la de Julio Lugo, ahora sin contrato, quien pagó RD$50 millones por un terreno en el residencial Las Praderas, sobre la base de un título falso sin que él lo supiera. En 2010, un tribunal condenó a 10 años de prisión a Edwin Baquero Álvarez, el vendedor, y a tres años a Luis Emilio Gutiérrez, un ex coronel policial que participó en la operación fraudulenta. La sentencia ordenaba que Barquero Álvarez resarciera al entonces jugador de los Cardenales de San Luis.

La Fundación Pedro Martínez y hermanos tiene programas sociales permanentes en Manoguayabo. (Foto: Roberto Guzmán)


La Fundación Pedro Martínez y hermanos tiene programas sociales permanentes en Manoguayabo. 
Jugada de sacrificio.  Más allá de un uso racional del dinero, hay quienes una vez realizados deciden invertir parte de sus recursos en fundaciones, ya sea para el desarrollo y promoción de talento local en el béisbol o en instituciones benéficas que contribuyan a paliar las carencias de determinada población en salud, educación, alimentos o deporte.

Cuentan en ese grupo al toletero David Ortiz, con su clásico de golf de recaudación de fondos para financiar cirugías a niños con cardiopatías, y las fundaciones de Cabeza Fernández y Juan Guzmán. Un caso especial se da con el ex lanzador Pedro Martínez, tres veces premio Cy Young, cuya fundación –Pedro Martínez y Hermanos–, ha intervenido la comunidad de Manoguayabo, Santo Domingo Oeste, con proyectos de corto y largo plazo.
Desde 2007, unos 1,500 niños han sido impactados favorablemente por los programas de la organización, en especial por “Hay Poder en Aprender”, un plan de desarrollo integral que refuerza la instrucción escolar, explica Carolina Cruz de Martínez, esposa del deportista y quien se entrega de lleno a la dirección de la entidad.
La fundación, existente desde 1998, se consolida y amplía cada año. En principio, sus donaciones se dirigían a poblaciones con presencia de niños latinos en Nueva Inglaterra y a socorrer comunidades damnificadas por catástrofes naturales en República Dominicana.
En la última etapa, aparte de las donaciones canalizadas, su presupuesto para el año 2011 fue de US$200,000, subió a US$250,000 al siguiente y este 2013 será de US$300,000, equivalentes a RD$12 millones.

Para adquirir los terrenos donde levantó la institución, Martínez invirtió más de dos millones de dólares, porque es una amplia franja de terreno que no sólo acoge las oficinas y áreas educativas, sino además el play y el solar de una escuela que se construyó en el lugar con donaciones foráneas. La idea es que allí se desarrolle un estadio de béisbol, que en el futuro se convertirá en una academia, además de un centro politécnico semiprivado.

“El sueño de él es ofrecer para los niños de su comunidad lo que él nunca tuvo, como son canchas, un centro cultural, dispensario médico”, amplía la esposa de Martínez.

Además de capitalizar la fundación, el propio Pedro le hace donaciones personales, como cuando ofrece cualquier conferencia en Estados Unidos y dona los 25 mil o 50 mil dólares que recibe de incentivo. Ya la institución trabaja en ampliar sus programas a comunidades como Los Guaricanos, Los Alcarrizos, en el Gran Santo Domingo, y a pueblos como Bonao y La Romana.

Todas estas inversiones son al margen de terrenos y edificios que él ha adquirido para entidades de Manoguayabo, como dos templos, uno para la Iglesia Católica y otro para la Evangélica, así como casas a personas de escasos recursos.

Martínez, quien en su última temporada jugó con los Phillies de Filadelfia, por un millón de dólares en 2009, y que ahora brindará una asesoría para el reforzamiento de lanzadores con el equipo de los Medias Rojas de Boston, aún tiene el grueso de sus recursos en Estados Unidos, revela Carolina Cruz. En el país, tiene planes de invertir en bienes raíces.

Finanzas a la carta para peloteros

Invierte con prudencia, planifícate en virtud de tus prioridades y ahorra, porque no sabes si seguirás ganando más dinero. Estas recomendaciones resumen las instrucciones que imparte el banco BHD a los jóvenes que firman contratos con equipos de Grandes Ligas y que han recibido sus bonos iniciales.

La entidad financiera desarrolla un programa de formación en capacidades sociales, emocionales y administrativas a los jóvenes de las academias que tienen los equipos en el país. “No sólo se fija en el manejo del dinero, de hecho se empieza con el aspecto psico-sociológico de tener dinero”, explica Jorge Besosa, vicepresidente ejecutivo de Banca Empresa de la institución.

Cuenta que todo empezó en 2003, con unos talleres que impartía el banco a los peloteros, por solicitud del Instituto Escuela. “Al principio fue muy difícil, la atención que nos daban estos jóvenes era un poco vaga; lo que pensamos fue contratar unos artistas y les hicimos unas obras de teatro al comienzo de los cursos, con unos peloteros que al cabo de unos meses ya no les quedaba ningún dinero. Eso les llamó la atención a los muchachos”.

Desde 2008, el BHD es el banco oficial de las Grandes Ligas, en el que los equipos depositan los bonos de los prospectos y estos tienen allí sus cuentas de ahorro. Esto lo ha llevado a especializar ejecutivos para la atención a este segmento, a dedicar una sucursal para esta clientela especial en Boca Chica, con un salón en honor a grandes figuras de la pelota, y desarrollar programas como el de la tarjeta de crédito Mastercard BHD MLB, con un componente de responsabilidad social para apoyar este deporte.

Los contratos más fabulosos

Alex Rodríguez, de origen dominicano pero criado y desarrollado como deportista en Estados Unidos, tiene el mejor contrato de por vida en Grandes Ligas. Firmó en 2007 una extensión de su acuerdo con los Yanquis, para recibir US$270 millones por 10 años y otros US$10 millones por hazañas como marcas de cuadrangulares y de otras jugadas.

Albert Pujols no está muy lejos en ventaja, tomando en cuenta que firmó en 2012 con los Angelinos y que su acuerdo es de US$240 millones por 10 años y que recibirá un millón en cada uno de los 10 años siguientes, por servicios personales, además de sumas relevantes por hazañas deportivas, según detalles publicados por ESPN.

Ya Alex Rodríguez, famoso además por su relación con la cantante Madonna, había firmado por US$78 en 10 años, mientras que Pujols lo había hecho por US$100 millones por siete años.

Alfonso Soriano tiene un contrato de US$136 millones por ocho años y José Reyes de US$106 por seis años. Sammy Sosa había ganado US$90.5 millones en 15 temporadas, Pedro Martínez US$76.6 en 11 años, Raúl Mondesí US$64.3 en 11 años, Manny Ramírez US$63.5 millones en 11 años y luego US$45 por dos años, Moisés Alou US$48.4 millones en 13 años, José Rijo US$33.7 millones en 12 años y Vladimir Guerrero US$30.4 millones en 7 años.

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