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El discurso de Danilo

Domingo Caba Ramos

Por Domingo Caba Ramos

Con sinceridad debo confesarlo: hacía más de ocho años que no me sentaba a  escuchar a un presidente  dominicano hablar en el acto  de presentación de  memorias ante el Congreso Nacional el día 27 de febrero. 

Al último de esos presidentes, Leonel Fernández, no lo escuchaba porque no creía ni creo en sus palabras, porque no  me inspiraba ni me inspira confianza y credibilidad, porque lo consideraba y considero altamente artificial, inauténtico y simulador.  En fin, porque sentía que perdía mi tiempo al saber que quien  me hablaba pretendía engañarme con sus falaces argumentos. 
   
 Con  el presidente Danilo Medina me sucede todo  lo contrario: lo percibo más sincero, práctico, auténtico, bien  intencionado y digno de mi respeto. Por eso este miércoles me senté a escuchar   su esperado discurso, y ciertamente valió la pena escucharlo.
    
En términos de las expectativas del pueblo, su discurso , muy especialmente en lo que al leonino contrato del Estado Dominicano con la empresa Barrick Gold se refiere,  debemos considerarlo no solo excelente, sino histórico, patriótico, valiente y oportuno .

Jamás presidente alguno había públicamente mostrado una actitud tan firme o corajuda de defensa de nuestro interés nacional o frente a una de las tantas empresas transnacionales que históricamente han pretendido apropiarse de nuestras riquezas naturales.

Jamás presidente alguno había destacado la importancia de los valores éticos en el ejercicio de la función pública.
    
En una lapidaria frase comparable solo con la que pudo haber expresado su maestro Juan Bosch, Medina le dice  a los magnates de la Barrick Gold que " El oro que subyace en el suelo de la patria de Duarte, Sánchez, Mella y Luperón es solo del pueblo dominicano, de nadie más” 
    
Observó que el proceso de extracción, explotación y exportación del oro de Pueblo Viejo, le genera a la Barrick Gold altísimas ganancias y muy bajas al Estado Dominicano, razón por la cual consideró inaceptable la vigencia del contrato que rige dicho proceso, juicio este que indiscutiblemente entraña una crítica implícita al compañero de partido que le antecedió en el cargo.
    
Debió decir, sin embargo, que ese contrato fue aprobado por su antecesor, Leonel Fernández, quien para tal fin contó con el apoyo decidido de Miguel Vargas, presidente del P.R.D., así como el de una parte significativa de los legisladores que sin leerlo en el 2009 le dieron su visto bueno. Los mismos legisladores que, irónicamente, los vimos aplaudir en forma delirante cuando el presidente de la República  criticó fuertemente a la multinacional empresa minera.

Pienso también  que debió hablar acerca del hoyo financiero que le dejó Fernández Reyna, cuyos negativos efectos hoy laceran los bolsillos de todos los ciudadanos.      Pero independientemente de que callara  esos y otros puntos importantes, Medina supo elevarse  en la tribuna con su firme postura de iniciar acciones  con el fin de que se revise  el contrato del Estado Dominicano con la Barrick Gold.
    
Hasta la fecha,  es mi parecer,  Danilo Medina, relativamente, ha desarrollado un buen gobierno.  Ojalá siga así. Pienso que si los funcionarios que lo acompañan lo dejan o no tratan de ponerle zancadillas como el caso Bahía de las Águilas,  el presidente Medina Sánchez podría realizar la más exitosa gestión gubernamental de los últimos treinta años.
    
Y  en cuanto a su  anunciada y responsable decisión de enfrentar los desmanes de la Barrick Gold, pienso que debe contar con el patriótico y solidario apoyo de todos los dominicanos.

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