Comenzó la cuaresma y las amas de casa comenzaron a sorprender sus familias con sus acostumbradas recetas de habichuelas con dulce. Ayer, mientras saboreaba ese manjar de los dioses, entre cuchara y cuchara, conociendo las consecuencias de la ingesta indiscriminada de habichuelas con dulce, y pensando en el día de mañana, se me ocurrió hacer una especie de Oda o poesía a las deliciosas Habichuelas con Dulce.
Oda a las Habichuelas con Dulce
No pretendo el plato, que satisface tus deseos, cual mujer que en su apogeo,
de lucir bella y radiante
se pinta todo el semblante para irse con Morfeo.
No me comparo con otras, que presumen de Gourmet
pues ese mote francés, no le queda a todo el mundo
Pero mi sabor profundo, junto a mi color rojizo, han causado que me llamen, el manjar del paraíso.
Comprendo mis atributos, cuando se abusa de mí.
Comprendo que soy así, no lo niego, es mi destino.
Recorreré mi camino, con orgullo y con respeto, sabiendo que como tú, yo también tengo defectos. Soy la Habichuela Con Dulce y aparezco en la cuaresma.
...Porque en esos días santos, es cuando se me recuerda. Pero puedo asegurar, que si Cristo me probara,
mil veces querrá morir, solo por resucitar. A probar este manjar, las 52 semanas.
Reclamo ser preparada, como las demás comidas: 7 días por semana, de noche y de madrugada. Pero no abuses de mí, a la hora de comerme, pues pondrías en peligro, la integridad de tu hogar. De Tus amigos, tus vecinos y hasta el propio Parque Central.
