Un huracán ha sacudido Argentina. No se trata de un suceso meteorológico. Esta vez ha venido en forma de declaraciones y ha desatado el escándalo en un país aún sumido en la tristeza por la pérdida del ex presidente Néstor Kirchner.
La confesión, por parte de la secretaria de éste, de una relación mantenida entre ambos y consentida por la propia presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, ha levantado ampollas entre la clase política.
Según recoge la revista Noticias, que difunde una entrevista con la supuesta amante, Elizabeth Miriam Quiroga mantenía con el ex presidente argentino "una relación muy fuerte. Dejé todo para venirme con él desde el sur, dejé mi familia...".
Se conocieron en 1990, cuando el ex presidente era gobernador de la provincia de Santa Cruz y se trasladó a Buenos Aires para convertirse en presidente del país. Entonces, Miriam Quiroga se convirtió en su secretaria y funcionaria de confianza.
"Era "vox populi que éramos amantes". Además, acusa a varios funcionarios de haberla expulsado, el pasado 5 de enero y por orden de Cristina Fernández de Kirchner, de su cargo de directora del Centro de Documentación Presidencial, debido a su relación con el ex presidente.
Quiroga arremete contra todo y contra todos. También contra la actual presidenta. Asegura que es "una persona muy particular, que no quiere a mucha gente a su alrededor. La verdad, con ella no sé dónde quedó el proyecto de Néstor, de Néstor con la gente".
"Cristina debe haberlo oído", sentencia al tiempo que recuerda que durante años, en los corrillos políticos, se ligó su nombre al del ex presidente y se afirmaba que el matrimonio, "distanciado", sólo guardaba las formas.
Lo que sí niega Quiroga es que la más pequeña de sus cuatro hijos, que tiene 11 años, sea fruto de su relación con Kirchner. "Los que dicen que mi hija es de Kirchner están equivocados. La tuve con un novio que me duró muy poco y le puse mi apellido porque cuando quedé embarazada ya nos estábamos separando. Ojalá fuera de él. Hoy no tendría problemas de plata".
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