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La trampa de un pueblo sin ley

(Thinkstock)

Hampton, la corrupta 'ciudad sin ley' de Florida

Aún hoy, muchos ciudadanos estadounidenses se sorprenden de cómo un pequeño pueblo de apenas 500 habitantes fue capaz de crear una estafa tan perfecta con la que ganar cientos de miles de dólares. Afortunadamente los días de esta localidad corrupta parece que por fin han quedado atrás.



Se trata de Hampton, un modesto pueblo de Florida que durante años se aprovechó  de un tramo de 1.260 millas (unos 384 metros) de una transitadísima carretera que pasa por allí para crear una trampa de velocidad de la que muy pocos conductores fueron capaces de escapar; concretamente entre 2011 y 2012 el número de multas fue de 12.698.

Hasta aquí todo legal, ¿pero dónde está todo el dinero que se recaudó? Este es el gran misterio que nadie es capaz de resolver y que ha indignado a Estados Unidos. La impunidad con la que las autoridades de Hampton pudieron actuar, mientras que había alguien que se estaba llevando una ingente fortuna a su bolsillo, según ha revelado una auditoría.

El exalcalde Barry Layne Moore, que intentó vender drogas a un policía (Bradford Sheriff)


No se puede negar que el pueblo es variopinto. Una de las primeras cosas que llaman la atención es la ausencia de ostentación. No hay coches excesivamente lujosos ni mansiones que quiten el hipo. Pero, claro, el dinero de las multas acababa en algún lado… Puede dar fe de ello el secretario de la ciudad y su sueldo de 9.000 dólares mensuales; también los empleados municipales que se gastaron 132.000 dólares en una tienda de BP situada cerca del Ayuntamiento.

Otro hecho que llama la atención es la creación de una policía fuerte y poderosa, pero absolutamente corrupta. Hay un agente por cada 25 ciudadanos, una media altísima. Sin embargo, el consumo incontrolado de drogas, grave problema en el pueblo, parece que no es una de sus mayores preocupaciones, tal y como cuentan los vecinos.


Su principal ocupación es sentarse en sillas de jardín en la carretera, con una pistola de radar, escondidos detrás de los contenedores de reciclaje, esperando a que pase el siguiente incauto con el coche. Incluso uno de ellos ya se ha ganado el apodo de ‘Rambo, debido a que apoya un rifle AR-15 sobre su pecho durante sus vigilancias.

El retrato de Hampton se compone con el antiguo alcalde, que estuvo en el cargo apenas unas semanas, intentando vender oxicodona, un poderoso opiáceo, a un policía encubierto. Sin embargo, parece que él no está conectado al escándalo de corrupción de la ciudad, ya que incluso opinó que los funcionarios de la ciudad son “o un grupo de sinvergüenzas o un montón de gente estúpida”.

Con este panorama es normal que Hampton tenga los días contados. No hay trabajo, no hay dinero, no hay ningún otro lugar a donde ir. Ahora sus habitantes tienen un mes para mostrar un plan de cómo salir de esta. Si fallan, el condado de Bradford se hará cargo del pueblo y a buen seguro que tanto las autoridades de Florida como todos los conductores que transitan por allí agradecerán la desaparición de esta pequeña ciudad sin ley. YAHOO NEWS

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