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¿Y el dinero?


"Siempre que me preguntan dónde está el dinero contesto que puedo presentar una lista de proyectos exitosos, aunque claramente insuficientes" explica a este periódico Nigel Fisher, cocoordinador humanitario de la ONU en Haití. "Pero en Irak, siete años después de la guerra sigue habiendo desplazados. Y en Georgia, veinte años después, también los hay. Así que no se pueden resolver en un año los problemas de un país, que ya tenía graves problemas antes, en un año" explica.


Tras el terremoto la Comunidad Internacional aprobó desembolsar diez mil millones de dólares a lo largo de 10 años, cinco mil de ellos en los próximos tres años. Un dinero manejado por una Comisión formada por 19 haitianos (gobierno, sociedad civil y sector privado) y 19 representantes de los países donantes. "De este dinero se ha desembolsado el 10%, otro 30% está comprometido y un 60% está esperando" resume a El Mundo Eduard Mullet, jefe de la misión de estabilización de la ONU (Minustah).

Pero la fotografía más frustrarte de la reconstrucción en Haití son los grupos de chicos que pala en mano, y vestidos con camisetas del mismo color, limpian y remueven escombros por todo el país. Forman parte del programa "cash for work" (dinero por trabajo), puesto en marcha por la cooperación internacional tras el terremoto de enero, cuando el mundo entero se volcó con Haití al aprobar una ayuda sin precedentes de 10.000 millones de dólares.

Trabajan ocho horas por unos cinco dólares diarios, sin embargo casi un año después del terremoto sólo se han recogido el 5% de los escombros y avanzar por las calles de Puerto Príncipe sigue siendo una tarea llena de agujeros, cascotes y basura. Una realidad en la que viven más de un millón de personas, que amanecen cada día bajo un mar de plásticos y que son atendidos en unos hospitales públicos a donde la gente acude a morir más que a curarse. Entonces ¿dónde está el dinero?

Esa es la pregunta que respondió a este periódico, Eric Overvest, director del PNUD en Haití "El dinero está ahí esperando proyectos serios, pero hay que empezar primero por limpiar las calles y los barrios para seguir después con la reconstrucción propiamente dicha" señala el encargado de desarrollo de la ONU en el país caribeño. "El problema es que hasta ahora sólo nos hemos dedicado a atender emergencias; primero el terremoto, luego el cólera y ahora las elecciones, que lo paralizan todo" explica.

Sin embargo, "la comunidad internacional está cansada de que el dinero de la ayuda termine en cuentas de Suiza", dice una fuente diplomática. Y es que el primer mundo está siendo más cauteloso que nunca a la hora de dar seguimiento al dinero enviado por los contribuyentes por esta razón el 70% de la ayuda se canalizará a través de ONG’s. "Ni siquiera se ha gastado el 10% porque se quiere hacer algo bien hecho. No por gastarlo rápido se gasta mejor" explica Overvest.

A la parálisis política y el recelo de los países donantes, Steffano Zannini, jefe de la misión de Médicos Sin fronteras en Haití, añade otra complicación para explicar la parálisis: "no es un problema de dinero si no de coordinación en el terreno", en referencia a las casi de 10.000 organizaciones no gubernamentales que trabajan en Haití.

"La refundación de Haití sigue detenida hay signos de que hay haiti-fatigue en el mundo. Que cada vez que se empieza algo con Haití, no se puede" explica Leslie Voltaire, encargado del presidente René Preval para diseñar un nuevo modelo urbanístico. Y el cólera ha sido el mejor ejemplo de esta fatiga. Cuando La ONU pidió de forma urgente 164 millones de dólares para atender la epidemia, el mundo le respondió enviando 20.

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