La semana pasada publicamos una historia que me llamó bastante la atención: un documental que pone en tela de juicio la rigurosidad de los tabloides británicos. El documental tendió una trampa a los periodistas de los tabloides y promovió información falsa sobre famosos. El resultado: los medios sensacionalistas picaron el anzuelo. ¿Se trata sólo de un problema de los tabloides? ¿Cuán rigurosos somos los periodistas cuando verificamos la información que nos llega? Me hago esta pregunta al analizar otro hecho, el caso del "niño del globo". La historia del "niño perdido" que aparentemente subió a un globo aerostático pero que luego fue hallado en el ático de su casa, dio la vuelta al mundo. Primero por el drama y luego por la acusación de montaje que se hace a los padres. Lo que me sorprende aquí es cómo todos los medios seguimos ávidamente esta historia, que está entre las más leídas y lo que me llama más la atención es la declaración hecha por el abogado de los padres del niño: "Esta gente tiene toda la voluntad de entregarse, por lo que espero no ver una humillante caminata esposados para el consumo de los medios". La historia, es indudable, tuvo su componente de drama al principio para derivar a un caso policial y nosotros, los que trabajamos en los medios, la seguimos como perros de caza desenfrenados buscando atrapar al zorro sin darle oportunidad alguna. Hay muchas preguntas en el aire: ¿Por qué la manipulación, si es que la hubo? ¿Quién más está detrás? ¿Qué se sabe de la investigación realmente? ¿Hay ya un sumario levantado? Y tal vez la pregunta más importante desde el principio: ¿Por qué cubrimos esta historia y cuán rigurosos fuimos al seguirla? Ahora resulta que hay una serie de nuevos datos en esta historia, como aquel de que el globo aerostático no tenía la capacidad suficiente para levantar al niño. A mí personalmente lo que me preocupa es que la sospecha de un montaje surge después de una entrevista casi por casualidad y tratando de explotar hasta el máximo la fama del nuevo personaje: la historia vende. ¿Cuántos de nosotros seremos capaces de pedir disculpas a nuestros lectores si es que termina de comprobarse el montaje y que pasamos información que no era correcta? Peor aún ¿Hasta dónde seguiremos con el espectáculo?
Banner3
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario