Henry Vargas falsificó documentos y vendió un inmueble por $8.5 millones
NUEVA YORK._ Henry Vargas, un estafador dominicano al que el activista Fernando Mateo había acusado de timarle más de $3 millones de dólares, enfrenta entre 5 a 10 años de cárcel, falsificó documentos de propiedad de un edificio situado en la avenida Lenox, próximo al Parque Central y lo vendió a la entidad atlética New York Road Runners, que cada año organiza el maratón anual de la ciudad, por la suma de $8.5 millones, de los cuales recibió $1 millón. Vargas de 36 años de edad, admitió su responsabilidad por el delito de robo a gran escala en primer grado y falsificación de documentos en segundo grado durante una vista judicial en la Corte Criminal de Manhattan. Un comunicado de la oficina del fiscal de distrito Cyrus Vance, informa que Vargas se hizo pasar fraudulentamente por el dueño del inmueble que ha pertenecido siempre a una organización sin fines de lucro y cuya instalación es usada para dar albergue a parte de los competidores en el Maratón de Nueva York, el torneo atlético anual más importante de la ciudad. El fiscal dijo que delincuentes de cuello blanco como Vargas, deben ser tratados de la misma manera que se trata a los delincuentes comunes de las calles. “Este estafador con experiencia, ha utilizado repetidamente el engaño para avanzar en sus planes criminales, por lo que pedimos a la corte la sentencia más apropiada”, añade el comunicado de la fiscalía. Vargas admitió ante un juez que se hizo pasar por el propietario “legítimo” y mayoritario del edificio ubicado en el 21-41 de la avenida Lenox, al Norte de Central Park, utilizando declaraciones y documentos falsos para engañar a los inversores. La estafa se produjo en el otoño del 2008, cuando firmó un contrato para vender la estructura por $8.5 millones de dólares. Entre los estafados, figura el activista Fernando Mateo y un socio, quienes demandaron a Vargas en la Corte Federal del Distrito Sur. Vargas, en ese entonces, contactó a este reportero y se defendió como “gato boca arriba”, alegando que sus habilidades como “desarrollador urbano” las había heredado de su padre, quien además, le había dejado algunas propiedades. Afirmó también que el edificio por cuyo robo irá ahora a la cárcel, era totalmente suyo y que tenía los documentos que probaban esa afirmación. Durante una investigación de la fiscalía, Vargas cayó en manos de la justicia. Las pesquisas fueron dirigidas por los fiscales adjuntos Sally Pritchard, Peirce R. Moser, Wornom Thomas, el detective Michael Turck y el capitán Ronald Haas. Vargas reside en el 1122 de la calle 130 y nació el 23 de febrero de 1974. El delito de robo a gran escala en primer grado se castiga hasta con 15 años y la falsificación de documentos en segundo grado con 7.
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