En lo que el semáforo va y viene, los vendedores de tarjetas sacan un tiempito para un beso apasionado y concentrado. Era mediodía, en la esquina de la John F. Kennedy con Máximo Gómez. El fotógrafo necesitó cruzar la avenida con el riesgo del tránsito, pero la duración del beso le permitió la imagen. Ella no se enteró ni él tampoco.Banner3
Tiempo para todo...
En lo que el semáforo va y viene, los vendedores de tarjetas sacan un tiempito para un beso apasionado y concentrado. Era mediodía, en la esquina de la John F. Kennedy con Máximo Gómez. El fotógrafo necesitó cruzar la avenida con el riesgo del tránsito, pero la duración del beso le permitió la imagen. Ella no se enteró ni él tampoco.
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