Esta es la pregunta que se hacen los mercados financieros ante las dudas que despierta la eurozona y el déficit fiscal de sus países. El temor es que la actual crisis del euro sea un puntapie inicial similar a los eventos que precedieron la crisis financiera de septiembre de 2008. Ni los 700.000 millones de euros de blindaje anunciados por la eurozona, ni el megarescate de Grecia han conseguido convencer a los mercados de que la crisis fiscal está bajo control. Un cálculo estimado de la deuda total de los PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España) la coloca en casi 4 billones de euros, más del 90% del PIB de estos países. El tema se complica porque además muchos bancos europeos, y algunas entidades estadounidenses, están muy expuestos a esta crisis en el viejo continente.
Aumenta el riesgo
En los balances de bancos británicos, alemanes, franceses se acumulan bonos de deuda griegos, españoles o portugueses que podrían convertirse en los nuevos activos tóxicos (deudas incobrables) si se agrava la crisis. Un cálculo de Barclays Capital indicaba que en el caso de entidades estadounidenses habría más de US$170.000 millones en bonos soberanos de los PIIGS. No es casual que el costo del seguro para riesgo bancario y soberano haya aumentado. El problema de fondo es que ni la economía mundial ni los bancos se han recuperado del estallido de 2008. La actual crisis del euro podría dar la razón a los que preveían una salida en doble W, similar a la depresión de los años treinta: recesión seguida de recuperación y de nueva recesión. Un problema adicional, hoy en día, es que los países tienen menos margen para estimular fiscalmente a las economías, precisamente porque entre 2008 y 2010 intervinieron tanto que terminaron convirtiendo a la deuda soberana en un problema.
Euro débil y América Latina
Bajo estas presiones diversas, el euro se ha depreciado en pocas semanas en un 15 % introduciendo una marcada volatilidad en el comercio mundial. China se resiste con más argumentos que nunca a revaluar su moneda, debido al impacto que están sufriendo sus exportaciones a la Unión Europea por esta caída del euro.
Aumenta el riesgo
En los balances de bancos británicos, alemanes, franceses se acumulan bonos de deuda griegos, españoles o portugueses que podrían convertirse en los nuevos activos tóxicos (deudas incobrables) si se agrava la crisis. Un cálculo de Barclays Capital indicaba que en el caso de entidades estadounidenses habría más de US$170.000 millones en bonos soberanos de los PIIGS. No es casual que el costo del seguro para riesgo bancario y soberano haya aumentado. El problema de fondo es que ni la economía mundial ni los bancos se han recuperado del estallido de 2008. La actual crisis del euro podría dar la razón a los que preveían una salida en doble W, similar a la depresión de los años treinta: recesión seguida de recuperación y de nueva recesión. Un problema adicional, hoy en día, es que los países tienen menos margen para estimular fiscalmente a las economías, precisamente porque entre 2008 y 2010 intervinieron tanto que terminaron convirtiendo a la deuda soberana en un problema.
Euro débil y América Latina
Bajo estas presiones diversas, el euro se ha depreciado en pocas semanas en un 15 % introduciendo una marcada volatilidad en el comercio mundial. China se resiste con más argumentos que nunca a revaluar su moneda, debido al impacto que están sufriendo sus exportaciones a la Unión Europea por esta caída del euro.
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