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Como en los tiempos de Balaguer, madres buscan regalos en casa de Leonel


“Voy a comprá do pote pá sentame a bebermelo a nombre de Leonel” -exclamó una de las ancianas que fue favorecida con RD$3,000. Otra anciana, que estaba al lado le respondió: “mejor bébetelo de leche pá que pueda durá y vea a Leonel cuatro año má”

Como en los tiempos de los gobiernos de Joaquín Balaguer, cientos de mujeres acudieron ayer ante la residencia del Presidente Leonel Fernández en el ensanche Naco quien, por primera vez, las habría convocado a buscar “su regalo de madre”, y recibieron en medio de un caos bonos de RD$3,000 y papeletas de RD$1,000 y RD$500. Los alrededores del edificio, en la calle Juan Paradas Bonilla, amanecieron con decenas de jóvenes madres y ancianas que, algunas con niños en los brazos, buscaban un regalito. Como en los tiempos de los gobiernos de Joaquín Balaguer, cientos de mujeres acudieron ayer ante la residencia del presidente Leonel Fernández en el ensanche Naco quien, por primera vez, las habría convocado a buscar “su regalo de madre”, y recibieron en medio de un caos bonos de RD$3,000 y papeletas de RD$1,000 y RD$500. Los alrededores del edificio, en la calle ingeniero Juan Parada Bonilla, amanecieron ayer con decenas de jóvenes madres y ancianas que, algunas con niños en los brazos, buscaban un regalito. Alguien les había filtrado que les darían unos sobrecitos a algunas madres con motivo de su día pero, al parecer, la noticia se propagó como la verdolaga y a medida que pasaban las horas, la esquina de las calles Juan Parada Bonilla y Gustavo Mejía Ricart se llenaba cada vez de más mujeres. Algunas dijeron que amanecieron allí, como la anciana Gladis de la Cruz Hidalgo, quien según dijo tenía tres días viajando desde el barrio Valiente de Las Américas en busca de “algo para comer”. Además de un regalo, dijo que quería ver al Presidente para que le ayudara con una casa pero, al no poderlo ver, lloró de impotencia. Otras, como Sugey Cuello, dijo que es peledeísta y que no tenía con qué celebrar su día, por lo que cogió para donde “su Pesidente” a ver si se le pegaba algo. “El Señor Presidente Leonel Fernández está acostumbrando a atendernos a nosotras, sus mujeres de él. Nos dijo ayer (sábado) que viniéramos hoy y aquí estamos todas sus mujeres y nosotras queremos que él nos resuelva como es”, dijo la mujer con unos seis meses de embarazo. Después de horas de espera se inició el reparto, y algunos colabores civiles y militares del Presidente se colocaron al lado del edificio de la residencia y comenzaron a entregar sobres blancos con el nombre del Presidente. Cada uno tenía bonos por valor de RD$3,000. No habían entregado ni 50 cuando se terminaron. “Habrá que buscar más”, dijo un oficial vestido de civil, mientras cerca de 1,500 mujeres esperaban desesperadas ser favorecidas. Luego de unos 40 minutos se reanundó la entrega. Esta vez eran sobres amarillos con RD$1,000 que al poco tiempo también se agotaron. Hubo otra pausa y cuando reanudaron las entregas sobrevino el caos, muchas mujeres que ya habían sido favorecidas querían más y otras, sobre todo ancianas que si apenas podían caminar, luchaban detrás de los hombres que entregaban entonces sobres de RD$500. En ese momento se armó un desorden que ni los guardías ni los policías pudieron contener el ímpetu que movía a las necesitadas mujeres que corrían detrás de ellos, les caían como abeja al panal a los repartidores de dinero. Finalmente, cuando todo se agotó, algunas cogieron dos y tres veces, otras no lograron nada, convencidas de que no había más que marcharse todas… y la tranquilidad volvió al lugar.

Bendiciones y...

Cada vez que algunas madres recibía un sobre bendecían al Presidente y levantando los brazos al cielo le deseaban salud y larga vida. “Mire, eso es a nombre del Presidente”, decía un oficial al momento de entregar los sobres. Muchas de las beneficiadas, sobre todo las primeras, brincaban de alegría cuando abrian el sobre y se topaban con los bonos por valor de RD$3,000. Lanzaban besos al último piso del edificio, donde vive la familia presidencial. Algunas expresiones de las mujeres recogidas en el lugar fueron las siguientes: “Yo soy refoimita, pero dende que ei dotoi se entericó (falleció) yo soy de Lionei. Mira, yo tengo tre cainé dende mil noveciento noventiseis”. Otra señora exclamó:” Mucha bendicione pál presidente y que siga ahí, subió en el palo”. Otra: “hoy yo como carne”, Una, que dijo vivir en La Ciénaga, dijo: “Voy a comprá do pote pá sentame a bebermelo a nombre de Leonel”. Una anciana que estaba al lado le respondió: “mejor bebetelo de leche pá que pueda durá y vea a Leonel cuatro año má”. “Que leche ni leche doña, eso eh pá lo viejo”, ripostó la joven.

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