La chica, citada con el seudónimo de Zhang Rong en el rotativo Wuhan Evening News, empleaba media hora diaria para maquillarse y, según los médicos, no limpiaba adecuadamente sus ojos, lo que causó el extraño problema. Además, Zhang tardó meses en acudir al médico cuando empezó a sentir molestias, según ella porque estaba "muy ocupada", lo que no hizo sino agrandar el tamaño de las piedras oculares. El diario descartó que el problema se debiera a la mala calidad de los cosméticos ya que según la información Zhang siempre usaba marcas de prestigio. Las jóvenes chinas sienten auténtica pasión por los productos de maquillaje, que consumen con mayor asiduidad incluso que sus compañeras occidentales, con especial atención a las cremas blanqueadoras, porque en los cánones asiáticos la piel más pálida es la más bella.
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