Los inconvenientes del poder

Cosas que jamás podrá hacer una persona que tenga que vivir rodeada de guardaespaldas en alerta rojo (si es que eso es vida): asomarse a la ventana a respirar el aire de la mañana; sentarse a piernas extendidas en una banca del parque y, sin que nadie se dé cuenta, rascarse alguna parte pudenda; reunirse con los amigos a que le cuenten el último chiste colorado; degustar sin límite de tiempo un buen amor clandestino; recibir saludos de gente común y desconocida que quizás sinceramente le admira; entrar solo a un urinario y ejecutar al final los tres golpes reglamentarios sin importarle quién esté al lado; ir al cine sin estar obligado a sentarse en la última fila; ir a cenar sin tener que pagar las cuentas de otras tres mesas…y, sobre todo, poner la cabeza en la almohada y no contar otra vez las mismas diez mil malditas ovejas. (Y todo porque quizás el balance de amigos y enemigos en un país chiquito le sea terriblemente desfavorable). *Colombo.