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Felicidades, Mamá! - Opinión


“El corazón de una madre es un abismo profundo en cuyo fondo siempre encontrarás perdón”

Por Johan Rosario

Ni la luz emanada de todas las estrellas del Universo ilumina tanto el corazón como la sonrisa y la voz sublime de una madre. Es esa mujer manantial de amor y perdón que vive para amar y proteger al hijo que para sus ojos será siempre el niño que abrigó por primera vez. Es tanto el amor abonado en su vientre que hasta el intenso dolor que causa el alumbramiento se convierte para la madre en motivo de felicidad. Cierto que un día no basta para rendir pleitesía a este ser sin par, y sabemos cuán mercurial se ha tornado la fecha, cuya orientación primera fue hacer un tributo sano a quien nos trajo al mundo, sin embargo no podemos discutir que la fecha entraña singular valor, por cuanto permite rescatar del olvido el superlativo valor de las madres. Verdad inobjetable es que el consumismo desaforado e impulsivo, cual ha ocurrido con otras celebraciones, ha terminado desvirtuando este fecha, hasta convertirla en un vulgar mercado sustentado en la explotación de los sentimientos. Aunque nada es más odioso que esto, vivimos en un mundo artificioso y de mentira, en donde todo se compra y se vende: hasta el amor perfumado de esas mujeres que cubren su indecencia con Channel y disfrazan de Oscar de la Renta un cuerpo infiel. Sin embargo, lo transcendente, grande y realmente irrebatible es que entre las pocas cosas que aún no tienen un valor material consignado, está el amor puro y diáfano como el correr de un río que sienten las madres por sus hijos. Por todo ello, deberíamos, en esta fecha particularmente especial, reflexionar sobre la imperativa necesidad de que todos valoremos el inmenso tesoro que es una madre. Quienes han sufrido la partida de la autora de sus días se consuelan con los recuerdos de todo lo vivido y renuevan con flores y oraciones votos de eterna fidelidad. Que entre los regalos a Mamá no falte la promesa de luchar por una sociedad que respete y garantice los derechos de la mujer y la familia para que pronto llegue el día cuando cesen los sufrimientos que generan la injusticia y la discriminación. Al reeditar el mensaje que el arcángel llevó a María en el pesebre, oportuno es proclamar que benditas son todas las madres y bendito lo que la embarazada lleva en su vientre. Felicidades Mamá! johanmrosario@yahoo.com

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