El agua es uno de los recursos naturales de mayor importancia en la Tierra. Precisamente esta importancia lo convierte en una ‘manzana de la discordia’ para los que más la necesitan.
La historia conoce bastantes ejemplos del choque de intereses cuando se trata de disputas por el agua. "Cuando tienes una fuente de agua común, que se comparte por varias naciones soberanas, siempre existe la posibilidad de un choque de intereses. Conflictos que deben ser manejables, podrían convertirse en incontrolables", dice Martin Shaerman, fundador del Instituto israelí de Estudios Estratégicos.
La escasez de este elemento es muy fuerte en Oriente Medio, una región que ya de por sí parece no necesitar causas de excesivo peso para que se desate una guerra en su territorio. El agua está cerca de ser otra de esas razones para iniciar un conflicto.
Oriente Medio y África del Norte se consideran las zonas más pobres del mundo en lo que se refiere a recursos de agua potable. El clima desértico y la falta de lluvias hacen que la población local sea completamente dependiente de las aguas subterráneas y de los ríos más importantes: el Nilo, el Jordán, el Éufrates y el Tigris.

En Egipto, por ejemplo, la principal fuente de agua es el Nilo, que fluye desde Etiopía, que, por su parte, planea construir una presa que servirá para alimentar al generador de una futura central eléctrica. Las aguas del Éufrates fluyen a Siria e Irak desde Turquía, por lo que estas naciones se ven bastante vulnerables ante la manipulación del agua por parte de sus vecinos. Jordania, por su parte, se pone en alerta tras la construcción de una presa siria en un río del que depende su abastecimiento.