El ultrapoderoso miembro del CP peledeísta alaba a Grimaldi, lo declara virtual padre de la patria y, casi al borde de las lágrimas, se congratula por haberle dado clases en la UASD.
Bien por Víctor!
Por Euclides Gutiérrez Félix
Víctor Grimaldi desempeña en los momentos actuales las funciones de embajador del Gobierno de la República Dominicana ante el Vaticano en Roma, capital de Italia. El autor de esta columna lo conoce desde hace años, muchos años, tal vez más de treinta, porque fue nuestro alumno en la Escuela de Periodismo de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Víctor al igual que muchos de sus compañeras y compañeros se convirtió con el transcurso del tiempo en un periodista profesional, de condiciones excepcionales, e ingresó al Partido de la Liberación Dominicana, en el cual militó durante muchos años siendo uno de nuestros jóvenes compañeros que tuvo la oportunidad de trabajar estrechamente y bajo las enseñanzas del maestro político dominicano y de América, Juan Bosch. Estamos convencidos de que su responsabilidad política es producto de las enseñanzas de ese prócer responsable y valiente que fundó el PLD.
Ahora, en días recientes, Víctor Grimaldi, desde Roma, denunció que ha sido puesta en marcha una conspiración, convertida en campaña, contra el Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo y Primado de América, Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, figura de la más alta jerarquía de la Iglesia Católica en nuestro país; y señala, con valentía y responsabilidad, que esa conspiración está auspiciada y, desde luego, financiada por alguna de las agencias especializadas del gobierno de Estados Unidos de América que, a nuestro criterio debe ser la llamada USAID, que es la que tiene esa censurable gestión entre sus funciones en territorio dominicano. En esa conspiración, según Víctor Grimaldi, están jugando un importante papel las llamadas organizaciones de gay, lesbianas, homosexuales y travestis, cuyos dirigentes han sido recibidos con manifiesta simpatía en la embajada estadounidense.
Hace años que el autor de esta columna tuvo profundas diferencias con el Cardenal López Rodríguez, que han sido superadas porque no hemos dejado de reconocer la valentía y responsabilidad moral del Cardenal en defensa de la soberanía nacional y de los enemigos del pueblo dominicano, entre los cuales hay sacerdotes, atrevidos y deslenguados, de órdenes religiosas que viven faltándole el respeto a la verdad y coincidiendo de manera militante y abierta con ese plan siniestro, aborrecible e inaceptable, que han puesto en ejecución Francia, Canadá y Estados Unidos, con el objetivo de que desaparezca el Estado republicano en el marco del cual está organizado este pueblo “legendario, veterano de la historia y David del Caribe”. Apoyamos militantemente al Cardenal López Rodríguez en todos los pronunciamientos que haga en ese sentido.
¡Bien por Víctor Grimaldi! Saludo compañero, qué orgulloso y honrado nos sentimos de haber tenido un discípulo como tú, amigo y compañero. Abajo, para siempre, los enemigos de la Patria que tanto esfuerzo y sacrificio ha costado levantar para que ocupe el lugar que le corresponde en el concierto de los pueblos de esta América nuestra. No podemos olvidar jamás, Víctor, que “la pelea es peleando”.
