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Lo tirotearon por reclamar premio de lotería: “Yo creo que algún día se hará justicia”


“El me llama y me dice " ese dinero tu no lo vas a gozar", le digo "oye yo ando con la policía" y me dice "yo tengo dinero".

SANTO DOMINGO, República Dominicana.-  En una casa de zinc, acostado en un colchón sobre el piso de cemento y mirando hacía el techo, yace el cuerpo medio inmóvil de Gabino Duval Pérez, cuadripléjico.

A sus 33 años no puede caminar, se alimenta de lo que los vecinos le llevan de vez en cuando y tiene como único entretenimiento el escuchar música en su viejo celular en su casita del sector Los Tres Brazos.

Con exactitud recuerda que el día 8 de mayo del año 2008, un disparo intencionado le penetró al pecho y le afectó la medula espinal dejándolo inmóvil del torso hacía abajo.

“Mi hermano que en ese entonces era menor, compró un billete en una banca de apuestas y se sacó 300 mil pesos. Yo lo fui a cobrar y el dueño me dijo que me lo iba a pagar en 45 días”, explica Gabino.

Mostrando sus llagas en las piernas casi podridas, dos meses antes del suceso no pensó que el reclamar que le pagara su billete ganador, le cambiaría la vida.

“Le reclame que sea en ese momento porque vencía en 30 días y voy el otro día a la banca a buscar los cuartos, habían cuatro personas que yo nunca los había visto y me devolví; hable con tres policías, incluyendo al mayor Cirilo y busque un Coronel que es amigo mío y me pagaron el dinero”, relató.
Lo tirotearon por reclamar premio de lotería: “Yo creo que algún día se hará justicia”
Tras recibir su pago, la molestia a quién le exigió no se hizo esperar. “El me llama y me dice " ese dinero tu no lo vas a gozar", le digo "oye yo ando con la policía" y me dice "yo tengo dinero”.

Ese 8 de mayo, tras pasar por la banca de apuestas, Gabino no saludó a Edward y este se molestó por ser evadido por lo que disparó contra el primero a quema ropas en plena calle, cerca del destacamento del sector.

El disparo realizado por Edward Orozco Oviedo, no solo afectó a Gabino sí no que hirió a un niño en la cabeza dejándolo con problemas permanentes.


“Yo sé que él me dijo ¡párate! y alguien gritó "way mi hijo" y ahí el agarró al niño y lo dejó tirado en la maternidad, se fue hasta el día de hoy. El niño quedó con problemas, tiene una cicatriz y no es normal”, dice con dolor.

Detalla cómo tras recibir el disparo es trasladado al Hospital Darío Contreras, pero prontamente es llevado a la Clínica Integral por su agresor supuestamente para su mejoría.

“Al otro día van dos personas uno llamado Randon y el otro el Mayor, me sacaron del Darío sin autorización y cuando llegué a la Clínica Integral, ahí el que le dicen el Mayor llamó a un doctor y le indica "mira ese es el muchacho que mandó Edward”, manifiesta con certeza.

Pensó que su agresor no podría llegar más lejos. A las 12 de la medianoche, Gabino se encontraba moribundo fuera de la clínica junto a su madre que padece una enfermedad mental, debido a que fue expulsado.

Desde ese día comenzó una Odisea.

Con marcado dolor en su rostro narra cómo ha vivido durante 6 años. “En la camita que yo me acostaba, cada vez que llovía tenía que aparar 2 y 3 poncheras de agua en la cama, un agua amarilla y negra...se me mojaba de abajo para arriba y cuando me pasaba eso, era fiebre y fiebre”.

Mordidas de alacranes, ratones y otros tipos de insectos son notorios en ambas piernas.

Lo que más lamenta es el suicidio de su hermano menor que al verlo en esa situación sintió culpa por haber apostado y ganado.

“Mi hermano que era menor, al ver esa situación y las condiciones en que vive mi mamá se ahorcó y se quitó la vida con 16 años, un niño ya haciendo el 3ero de bachillerato en los Ríos de Neiba”, expresa afligido.

Gabino no solo ha sufrido el daño físico y la pérdida de su hermano, si no que no puede mantener a su hija y su madre.

Hasta el momento la justicia no ha hecho su trabajo. Con una denuncia en su contra, el agresor, Edward Orozco, está en libertad.

“Yo le entregué la orden de conducencia al Mayor de aquí, Cirilo, en el destacamento la Felicidad y a la policía de los Mameyes, pero frente a la policía tiene él un negocio... y los policías van a cobrar a la banca... entonces, ¿cómo iba a caer preso? donde anda con vehículos de placas oficiales, carnet policiales”, reclama con molestia y pesar.

El optimismo aún lo acompaña. En los últimos días ha recibido ayuda por parte del doctor Cruz Jiminián, quien asegura Gabino podrá sentarse en una silla de ruedas.

Cruz Jiminián baja todos los días por el caminito de piedras que lleva hacía la casa de este hombre, para curarlo.

El joven confía que todo ocurre por un propósito, aunque sí espera su victimario pague lo que le hizo.

“Yo estoy seguro que por vía mía mucha gente quizás van a ser mejor persona, porque si me paro de aquí mi mente es por lo menos visitar todas las cárceles de este país y todos los hospitales diciendo las buenas nuevas”.

Dice su misión es trabajar para ayudar a los más necesitados.

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