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Un artículo sin desperdicios


Por Robert Cabrera
robertpcabrera@hotmail.com

Tamboril.- 26 de septiembre de 2010.- Comunicación es la actividad que permite a una persona (emisor) expresar un juicio para que sea escuchado y asimilado por otro u otros (receptor o receptores). Cuando la comunicación se realiza entre personas que están en el mismo lugar interactuando, se convierte en conversación donde los roles se intercambian, es decir, el emisor se hace receptor y viceversa. No sólo se comunica con palabras. Se hace por medio de gestos, símbolos, etc. Las personas, los animales, las cosas y hasta la naturaleza son capaces de enviar mensajes que son interpretados por el hombre.

Por ejemplo: cuando se nubla y truena, es aviso de lluvia; el Arco Iris anuncia la llegada del Sol después de la llovizna; la Luna presagia la noche. Todos somos capaces de comunicar. Ahora bien, existen los medios de comunicación masiva: Radio, televisión, Internet, periódicos, a través de los cuales profesionales de la comunicación expresan sus ideas, para un público que recibe el mensaje y lo asimila sin necesidad de que se produzca la conversación. Estos profesionales se expresarán de acuerdo a su ideología o forma de ver las cosas. De ahí que usted podrá estar de acuerdo o no con sus expresiones, pero siempre estas crearán en el receptor una opinión ya sea favorable o no sobre lo expresado por el comunicador. El mensaje podría ser bien recibido por quienes son afines con las ideas de ese profesional, adversas en el caso de los que piensan diferente al comunicador, o podrán formar un nuevo juicio en el receptor que ha captado un mensaje sobre el cual no había pensado o no había definido. De ahí la importancia que tiene para la persona que escucha el mensaje, conocer de quien proviene para medir el grado de objetividad envuelto en el mismo. La verdad es relativa. Nada ha de ser tan malo que no tenga algo bueno, ni tan bueno que no tenga algo malo. Los abogados, por ejemplo, defienden causas opuestas, donde de un lado está la víctima de un hecho, mientras que del otro lado el victimario. En ambos casos encontrarán elementos para sustentar sus posiciones. Así sucede en la comunicación. Lo que debe primar en los que utilizamos medios masivos de comunicación, es una defensa apegada a la verdad, con argumentos válidos y objetivos, de manera que el receptor pueda entender nuestra posición y adherirse a nuestro mensaje. Algo que debe observar un comunicador profesional es el respeto a la integridad de las personas. Se critican acciones de las instituciones y sus incumbentes, se debaten ideas, pero jamás debe herirse la integridad personal de quien ha ejecutado la acción analizada. Tampoco es prudente utilizar un lenguaje trapero, que lejos de impresionar favorablemente, hará que el receptor se forme una imagen negativa del comunicador, creando un sentimiento adverso que psicológicamente le bloqueará todo mensaje que este comunicador emita, por considerar que no es una persona calificada. Algunos comunicadores de Tamboril, no han entendido que nadie pretende coartar su libertad de expresión. Por el contrario, la comunicación es denuncia y la denuncia procura soluciones. Quizás ante la denuncia de un opositor, la autoridad competente se entere de algún mal que desconocía y resuelva el problema de la comunidad afectada. Tamboril ha producido una gran cantidad de comunicadores, en la mayoría de los casos empíricos, otros profesionales, pero en ambos casos son gentes con incidencia en el municipio, razón esta que obliga a la superación constante para una mejor comunicación. Lejos de continuar con dimes y diretes, lo que prima ahora es la unidad de todos los que transmitimos un mensaje a la ciudadanía, no importando de qué lado esté uno u otro, sino entendiendo que somos una clase de la que el pueblo espera profesionalidad y eso es lo que precisamente nos está faltando. Invito a sentarnos en la mesa del diálogo, con la seguridad de que nuestra actitud hará que Tamboril se sienta orgulloso de sus comunicadores y se elimine de una vez y por todas, la percepción de que somos un grupo de chismosos e incapaces, como suele escucharse a diario en las calles de nuestra “Pajiza Aldea”.

1 comentarios:

  1. ROBERT NO LE PIDAS PERAS AL OLMO
    LA MAYORIA DE LOS QUE USAN EL CANAL DE TAMBORIL LO HACEN SIN NINGUNA PREPARACION , SENCILLAMENTE PAGAN UN SPACIO Y A DIOS QUE NOS COGA CONFESADO

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