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La época de vacas flacas llega a diplomáticos y enviados internacionales RD

Medida de Contraloría afecta a cumplidores y "botellas".

La crisis de Cancillería se extrema. Recientes medidas de Contraloría afectan por igual a cumplidores y "botellas" 

SANTO DOMINGO. La crisis financiera que afecta a las legaciones diplomáticas dominicanas en el extranjero continúa extremándose, obligando a cónsules y embajadores a endeudarse para pagar de sus propios fondos los alquileres de locales y gastos fijos de esas representaciones.

Entretanto, se contactó ayer a la Cancillería vía su departamento de Relaciones Públicas y Prensa, pero no se recibió respuesta ante las denuncias de diplomáticos de que hay más de 100 cheques que no han sido procurados, luego de que la Contraloría General de la República aplicara a esa institución el Sistema Integrado de Administración Financiera del Estado (SIGEF).

Ahora el pago de la dotación se realiza directo a las cuentas de los beneficiarios, y no en una cuenta para que el Ministerio de Relaciones Exteriores lo distribuyera.

La dotación incluye los salarios, el pago de la residencia o alquiler, los gastos de representación y las compensaciones a los diplomáticos, de acuerdo con al nivel de gasto en el país donde esté asignado.

La Contraloría también ha exigido los documentos de alquiler y justificación de los gastos, lo que provocó una estampida de vicecónsules y consejeros a presentarse a las legaciones donde están acreditados, donde la gran mayoría son desconocidos por los cónsules porque nunca los habían visto.


Entre los gastos fijos de un auxiliar y su familia en Europa está el pago de vivienda, valorado en 750 euros, de teléfono en 120, el gas propano en 150, la energía eléctrica en 250, los alimentos en 400, el transporte en 200, gastos en salud 100, y gastos de representación 300 euros, lo que totaliza 2,270 euros al mes, unos US$3,160.00. Para muchos, el servicio exterior dominicano está pasando por el peor momento económico, ya que hasta ha dejado desprotegidas a las familias de los diplomáticos que cumplen con sus funciones fuera del país.

El malestar y desencanto de los empleados consulares y diplomáticos se basa en que esta situación que busca poner en cintura a la Cancillería hace pagar a justos y pecadores, ya que afecta a todos por igual.

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