Por Adriano Miguel Tejada/Director Diario Libre
El servicio exterior dominicano está paralizado, y lo ha paralizado el Gobierno dominicano por una acción absurda, cuando más el país lo necesita.
Todo el mundo sabe que el servicio exterior es un barril sin fondo, porque los políticos lo han tomado como botín de guerra. Por tanto, nadie puede criticar que se limpie esa nómina, y se meta preso a quien deba ser sancionado. Lo que es incorrecto es que paguen justos por pecadores, sobre todo cuando se sabe que los pecadores son más.
Los embajadores y cónsules han enviado en tres ocasiones las listas de los que realmente trabajan en las legaciones. Por tanto, era muy fácil saber a quién se castigaba y a quien no. Pero no se ha hecho así, con grave perjuicio para el servicio y para los que trabajan de verdad.
En los países desarrollados no juegan con el crédito de las personas. Un diplomático que no paga su renta, la energía, o el préstamo de su carro, es igual que cualquier otro deudor. Pero, si se toma una acción contra él o ella, porque su empleador no le envía el dinero a tiempo, su crédito queda lesionado permanentemente, al igual que el del país.
El Gobierno tiene el deber de limpiar el servicio exterior (algo que nos sorprendería que hiciera, porque ahí están los hijos, las esposas y queridas y los compañeros de los dos partidos que administran la Cancillería), pero no tiene derecho a afectar el servicio, pues ¿con qué entusiasmo van a defender a su país unos diplomáticos que andan escondiéndose de sus acreedores? Por cosas así es que nos llaman república bananera.
