Extraoficialmente se habla de que el gobierno italiano fue alertado por autoridades españolas sobre “anomalías” que se estaban dando en la emisión de visas de turismo a dominicanos desde su sede.
SANTO DOMINGO (R. Dominicana).- Hace apenas unas semanas, el gobierno de Italia anunció oficialmente el cierre de cuatro embajadas, entre ellas la de República Dominicana bajo la premisa de recorte presupuestario.
Sin embargo, extraoficialmente se habla de que el gobierno italiano fue alertado por las autoridades españolas sobre las “anomalías” que se estaban dando en la emisión de visas de turismo a dominicanos desde su sede en el país.
A saber, en un solo vuelo las autoridades españolas detectaron 30 dominicanos con visas “anómalas” que llegaron a Madrid por el aeropuerto de Barajas, procedentes de Santo Domingo, visados en la legación italiana. Por citar alguna de esas anomalías, el visado de turista a Europa exige demostrar la capacidad de un gasto mínimo de 80 euros por cada día de estadía. En el grupo, ninguno llegaba a disponer de 100 euros, ni en efectivo ni en tarjeta de crédito.
Ante la alerta emitida al gobierno italiano por las autoridades españolas, se habría decidido el envío de una misión para investigar la situación en la sede. Extraoficialmente se habla de que producto de esa investigación se tomó la decisión de cerrar la embajada. El primero que tuvo que abandonar la sede y regresarse a su país, fue el embajador. Desde entonces, el encargado comercial está al frente de la sede diplomática hasta su cierre oficial el 31 de diciembre de este año. Para el público cerrará el 30 de septiembre próximo.
En círculos cercanos a la legación se dice que las investigaciones determinaron que a personas que calificaban para recibir el visado por satisfacer todos los requisitos se les pidió dinero con el alegato de “facilitarles” las cosas.
Ante la alerta emitida al gobierno italiano por las autoridades españolas, se habría decidido el envío de una misión para investigar la situación en la sede.
Según se supo también, algunos demandantes de visado de turista recurrían al alquiler de una libreta de ahorro con un millón de pesos dominicanos depositados, con la que “demostraban” su solvencia. La transacción costaba 1,500 pesos y se llevaba a cabo con un individuo que operaba públicamente en las inmediaciones de la embajada.
El inminente cierre afectara a los ocho mil residentes italianos y a unos aproximadamente veinticinco mil que viven de manera informal que deberán regularizar su estatus en suelo criollo o marcharse. También afectará a los que llegan en calidad de turistas, poco mas de 166,000 al año.
También enfrentarán dificultades los italianos que han iniciado en el país procesos legales, como el de adopción. En los últimos siete años, 18 niños dominicanos han sido adoptados por italianos. Al cierre de la embajada, tres de este total no habrán concluido los trámites que exige el gobierno dominicano para estos casos. ¿Qué suerte correrán? No se sabe aún.
Se verán afectados también los italianos y relacionados con Italia que viven en Haití, Antigua y Saint Kitts Nevis puesto que la embajada de aquí es concurrente en esas naciones. Se habla de que toda tramitación de cualquier naturaleza será procesada en el consulado italiano de Panamá, pero el dato aún no es oficial.
Lo que se sabe extraoficialmente dibuja un panorama muy penoso. De ser cierto, se estaría hablando de incapacidad del gobierno italiano para frenar la corrupción: opta por el cierre de la sede en lugar de depurar al personal diplomático y consular, compuesto por unas quince personas, cinco italianos venidos de Italia, incluido un "carabinieri" y diez entre italianos residentes aquí y dominicanos.
Además, hay cónsules honorarios en La Romana, Azua, Santiago y Puerto Plata. Esos permanecerán pero, por su calidad, no tienen potestad para validar ningún documento.
El gobierno italiano cuenta con tres propiedades en suelo dominicano: la residencia del embajador, ubicada en la Rafael Augusto Sánchez, del sector de Naco, con una extensión de 13,000 metros cuadrados; un solar en la Pedro Henríquez Ureña de unos 5,300 metros cuadrados, fruto de una donación, y la casa donde opera la embajada, en la Rodríguez Objío número 4, de Gascue, en un terreno de una extensión de 1, 400 metros. No se sabe si serán vendidas.
Sin embargo, extraoficialmente se habla de que el gobierno italiano fue alertado por las autoridades españolas sobre las “anomalías” que se estaban dando en la emisión de visas de turismo a dominicanos desde su sede en el país.
A saber, en un solo vuelo las autoridades españolas detectaron 30 dominicanos con visas “anómalas” que llegaron a Madrid por el aeropuerto de Barajas, procedentes de Santo Domingo, visados en la legación italiana. Por citar alguna de esas anomalías, el visado de turista a Europa exige demostrar la capacidad de un gasto mínimo de 80 euros por cada día de estadía. En el grupo, ninguno llegaba a disponer de 100 euros, ni en efectivo ni en tarjeta de crédito.
Ante la alerta emitida al gobierno italiano por las autoridades españolas, se habría decidido el envío de una misión para investigar la situación en la sede. Extraoficialmente se habla de que producto de esa investigación se tomó la decisión de cerrar la embajada. El primero que tuvo que abandonar la sede y regresarse a su país, fue el embajador. Desde entonces, el encargado comercial está al frente de la sede diplomática hasta su cierre oficial el 31 de diciembre de este año. Para el público cerrará el 30 de septiembre próximo.
En círculos cercanos a la legación se dice que las investigaciones determinaron que a personas que calificaban para recibir el visado por satisfacer todos los requisitos se les pidió dinero con el alegato de “facilitarles” las cosas.
Ante la alerta emitida al gobierno italiano por las autoridades españolas, se habría decidido el envío de una misión para investigar la situación en la sede.
Según se supo también, algunos demandantes de visado de turista recurrían al alquiler de una libreta de ahorro con un millón de pesos dominicanos depositados, con la que “demostraban” su solvencia. La transacción costaba 1,500 pesos y se llevaba a cabo con un individuo que operaba públicamente en las inmediaciones de la embajada.
El inminente cierre afectara a los ocho mil residentes italianos y a unos aproximadamente veinticinco mil que viven de manera informal que deberán regularizar su estatus en suelo criollo o marcharse. También afectará a los que llegan en calidad de turistas, poco mas de 166,000 al año.
También enfrentarán dificultades los italianos que han iniciado en el país procesos legales, como el de adopción. En los últimos siete años, 18 niños dominicanos han sido adoptados por italianos. Al cierre de la embajada, tres de este total no habrán concluido los trámites que exige el gobierno dominicano para estos casos. ¿Qué suerte correrán? No se sabe aún.
Se verán afectados también los italianos y relacionados con Italia que viven en Haití, Antigua y Saint Kitts Nevis puesto que la embajada de aquí es concurrente en esas naciones. Se habla de que toda tramitación de cualquier naturaleza será procesada en el consulado italiano de Panamá, pero el dato aún no es oficial.
Lo que se sabe extraoficialmente dibuja un panorama muy penoso. De ser cierto, se estaría hablando de incapacidad del gobierno italiano para frenar la corrupción: opta por el cierre de la sede en lugar de depurar al personal diplomático y consular, compuesto por unas quince personas, cinco italianos venidos de Italia, incluido un "carabinieri" y diez entre italianos residentes aquí y dominicanos.
Además, hay cónsules honorarios en La Romana, Azua, Santiago y Puerto Plata. Esos permanecerán pero, por su calidad, no tienen potestad para validar ningún documento.
El gobierno italiano cuenta con tres propiedades en suelo dominicano: la residencia del embajador, ubicada en la Rafael Augusto Sánchez, del sector de Naco, con una extensión de 13,000 metros cuadrados; un solar en la Pedro Henríquez Ureña de unos 5,300 metros cuadrados, fruto de una donación, y la casa donde opera la embajada, en la Rodríguez Objío número 4, de Gascue, en un terreno de una extensión de 1, 400 metros. No se sabe si serán vendidas.
