La grave advertencia viene de los mismos científicos que en 2008 vaticinaron el sismo que destruyó Haití
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WASHINGTON, 16 ene (EFE).- La devastadora fuerza del terremoto registrado hace dos semanas en Haití se debe a la falta de actividad sísmica que ha caracterizado la región durante más de dos siglos, según los expertos, que habían alertado del sismo en 2008. El último gran terremoto en la isla La Española se remonta a 1751. Segun el equipo de científicos capitaneado por el profesor estadounidense Paul Mann de la Universidad de Texas y que predijo hace dos años el sismo de Haití, la acumulación de estrés durante estos dos siglos había creado un déficit de tensión de unos dos metros lo que equivale a un terremoto de magnitud 7,2.Los movimientos sísmicos son consecuencia directa de la geología de la Tierra, cuya superficie no es una cubierta continua y uniforme sino que está formada por diferentes piezas denominadas placas tectónicas. Estas placas están en permanente movimiento y en muchos puntos de la Tierra, chocan unas con otras.Según los geólogos, la isla de La Española es el punto de convergencia oblicua de las placas de Norteamérica y el Caribe y las fallas Septentrional y Enriquillo (esta última la que originó el terremoto del 12 de enero) son las líneas divisorias entre una y otra placas.Además, en el caso de Haití, gran parte del país se encuentra sobre la microplaca Gonave cuyo límite más meridional es la zona de falla Enriquillo-Plantain Garden (EPGFZ por su sigla en inglés). EPGFZ se extiende desde la zona central-meridional de La Española hasta Jamaica.Según el estudio presentado en 2008 por Mann y su equipo, mientras la placa de Norteamérica se mueve en dirección este-oeste a una velocidad de unos 20 milímetros al año, la placa del Caribe se mueve en dirección opuesta a un ritmo similar.Este movimiento hace que la falla Enriquillo sea similar en estructura y carácter a la famosa falla de San Andrés de California y que causó el gran terremoto de San Francisco en 1906.Y el epicentro del terremoto de Haití se situó, según el Instituto Sismográfico de Estados Unidos, a unos 10 kilómetros de profundidad y a sólo 3 kilómetros de la falla, lo que según Mann es consistente con el movimiento de fricción entre las placas de Norteamérica y Caribe.Pero también hace que sus efectos sean más devastadores porque toda la liberación de la energía acumulada desde 1751, se realizó muy cerca de la superficie.A estas circunstancias geológicas se añade que en un radio de 30 kilómetros de EPGFZ, existen dos grandes centros urbanos, Puerto Príncipe y la capital de Jamaica, Kingston, que acumulan un total de 3,65 millones de habitantes.Quizás lo más escalofriante de toda la ciencia que existe en el caso del terremoto de Haití es que fue anunciado hace casi dos años por un grupo de científicos en una conferencia celebrada en la República Dominicana.El equipo de Mann acudió a la XVIII Conferencia Geológica del Caribe, celebrada en Santo Domingo del 25 al 28 de marzo de 2008, con un estudio sobre la falla Enriquillo en la que señalaban su capacidad de producir un sismo de magnitud 7,2.Casi dos años después, el 12 de enero, la falla Enriquillo ha liberado casi toda su potencia máxima con un terremoto de magnitud 7 que arrasó Puerto Príncipe y causó decenas de miles de muertos en todo el país.Ahora, sin duda, las autoridades dominicanas deben de estar repasando con cierta alarma el estudio "Interseismic Plate coupling and strain partitioning in the Northeastern Caribbean" capitaneado por el profesor estadounidense David Manaker, de la Universidad Purdue y que fue publicado por las mismas fechas.Porque además de señalar que la falla Enriquillo era capaz de producir un terremoto como el sufrido la semana pasada por Haití, los científicos advierten del potencial "de un gran terremoto (de magnitud 7,5 o mayor) en la falla Septentrional en la República Dominicana".Tras el terremoto, el profesor Mann advirtió del peligro que existe en Kingston y en la ciudad dominicana de Santiago de los Caballeros por su cercanía a la zona de fallas."La gente debe ser educada sobre los peligros (de un terremoto) incluso aunque nunca hayan experimentado una gran sacudida durante su vida", recomendó Mann.
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