Los periódicos canadienses han estado reseñando la experiencia de una pareja que viajó a dominicana a pasarse unas vacaciones -merecidas por supuesto- y consumar su unión matrimonial sin mucho presupuesto en un hotel de Punta Cana. Las leyes dominicanas, conocidas internacionalmente por realizar bodas y divorcios “al instante”, al parecer están siendo criticadas en el exterior porque se prestan para fraudes tan insólitos como celebrar nupcias que luego no aparecen asentadas en libros oficiales. En el caso de esa pareja, aprovecharon para venir en octubre y consiguieron un juez civil para legalizar su matrimonio y hasta la fecha, no tienen papel alguno que justifique su enlace. Según los rotativos canadienses, más de 200 ciudadanos británicos y canadienses han sido estafados y/o no declarados oficialmente casados, pero sin entregarles formalmente los papeles con los números de folio, sino solo un documento que sirve como constancia, pero sin ser oficial. Al final lo que paga es la mala imagen de nuestro país. De seguro, no dudemos de que pueda existir una red de abogados que hacen este tipo de engaños. Si apenas se conocen los casos de ese matrimonio, no es de mucho dudar que el tigueraje dominicano y el oportunismo puede costarnos muy caro. Esto es ejemplo de ello.
Banner3
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario