El problema ahora es dónde va a aparecer...
Los dominicanos estaban viendo la mejor telenovela en años sobre el mayor capo del Caribe y vinieron unos abogados de Puerto Rico y apagaron los televisores. Ahora habrá que esperar el estreno de la cuarta entrega de Piratas del Caribe, que nunca superará la saga de Figueroa Agosto y Sobeida Félix, a pesar de la segura buena actuación de Johnny Depp y el cuerpo superior de Megan Fox. ¿A qué se debe este nuevo escenario, en que el "prófugo" ya no tiene piel de lobo y la leyenda con que sedujo durante meses se ahogará ahora en un mar de dudas? Las autoridades tienen la palabra, y debe ser tan fiable como versículos de la Biblia, pues reducido el caso a un fenómeno mediático, con tinta y papel se resuelve todo. Excepto la negativa a variar las medidas de coerción o los nuevos plazos para sometimiento a juicio, en los expedientes no hay nada nuevo. Incluso, porque no hay nada nuevo es que se produce esta embestida sorpresa de "la familia" Figueroa-Agosto, que se da cuenta de que este es el momento de librarse del acoso. La acusación formal contra otra de las Pelaez, Dolphy, mete un nuevo ingrediente al sancocho, si bien desde hace tiempo tenían a la otrora presentadora de TV bailando en la fiesta. El problema ahora es si Figueroa aparece aquí o aparece allá (acaso en algún lugar próximo a la Casa Blanca).
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