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¿Por qué odiamos los lunes?

El lunes

Los Hermanos Rosario no pudieron describirlo mejor «caramba, caramba ya viene el Lunes caramba, caramba» Los dominicanos no queremos saber del primer día de la semana. Si ese señor medio lunático que se le ocurrió empezar después del placentero y dulce fin de semana dizque con la idea de ponernos a trabajar otra vez. Para muchos Dios debió hacer un puente y no solo descansar el 7mo día, debió volver a trabajar el martes, así nos deshacíamos del inevitable día del lío: el Lunes. Después de haber tenido un fin de semana como reyes, o simplemente un desconectarse de las rutinas y cotidianidades, volver a ellas resulta cuesta arriba y problemático. Para muchos, es el día más molestoso de la semana, ya que todo el empezar de nuevo representa mucho estrés.

El día de llegar tarde

Los lunes se llega tarde al trabajo, al colegio o donde sea que usted vaya a ir. Es un día en que la alarma del reloj o el celular suena endemoniadamente más fuerte y más penetrante. Los lunes se despierta con muchos de nosotros una amiga inseparable, la resaca, ese dolor de cabeza que nos recuerda el ron malo de la noche pasada o las ligas incalculables que se hicieron. Los lunes el tiempo se nos adelanta y el sueño se enamora más de nuestra cama, además de que muchas rutinas como planchar la camisa o preparar la ropa se hacen en esa misma mañana. Los lunes sale todo el mundo a la misma hora, es cuando odiamos mas nuestro sistema de transito, cuando el tapón se hace más largo y cuando nos olvidamos de desayunar y el hambre nos comienza a molestar rumbo al trabajo.

Todo resulta más lento

Para muchas de las suertes los jefes no llegan tan temprano los lunes, pero como quiera nos resulta estresante poner pie en nuestro lugar de trabajo. Después de compartir con la familia el fin de semana, de pasar un buen rato con la pareja, o simplemente el haber hecho un viaje y conocer nuevas personas, los lunes nos dan la razón suficiente para odiar, mirar mal y aborrecer aunque sea por un minuto a nuestro compañeros de trabajo. ¿Nos hacemos preguntas existenciales como por que hay que trabajar? Estoy jarto de este empleo y la clásica odio mi oficina. También este efecto pasa en la Universidad y en el colegio y más cuando tenemos que estar puntuales a las 7:00 de la mañana en esos recintos. Para colmo ese día, parece nunca acabar, como si el tiempo anduviera encima de una tortuga, además de que los lunes aquellos informes, trabajos o tareas que placenteramente soltamos en banda el viernes nos dan un duro golpe en las ganas, resultándonos difícil reiniciarlos.

El mejor día para empezar

Todos odiamos los lunes, si nos dejaran escoger nuestro año solo tuviera fines de semana y días feriados. Mucha gente cree que por nosotros tener una mentalidad tan dominguera, no somos hoy ni más desarrollados, ni más adelantados. Todos los pueblos grandes nos llevan la milla por la disciplina, la responsabilidad y el cumplir el deber del trabajo. Ojalá y podamos finalmente aprender que para poder ser mejores debemos tomar las cosas más en serio, además de asumir con actitud los retos diarios, concentrados y bien animados. El desarrollo de nuestra nación no se realizara en un colmadon un sábado en la tarde o en una playa un domingo cualquiera, debemos aprender a trabajar con la misma pasión en que gozamos, caneamos y disfrutamos nuestros días. El que madruga hasta Dios lo ayuda, así que siéntase bendecido ahora que está trabajando, olvídese del sueño y tómese una aspirina para la resaca, empiece un mejor día y una mejor semana, y aunque siga odiando los lunes valore que ellos son necesarios para que su sueldo cada quincena le llegue completo.

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