Un estudio realizado el año pasado, pero presentado en esta semana, ofrece una visión de los dominicanos ante la corrupción. La percepción que se tenía era mala: El 81.8% calificó el país de corrupto o muy corrupto. Hoy, esos números deben ser peores, pues los partidos políticos, la Justicia, la Policía y el Congreso, citados entre las organizaciones más corruptas, no han mejorado su situación en nada. Sin embargo, las iglesias evangélicas salen mejor paradas que la iglesia católica en la percepción sobre el grado de lucha contra la corrupción. Los medios de comunicación se ubican en cuarto lugar, mientras los partidos, la Justicia y el Congreso aparecen en los últimos lugares. Esto significa que en la percepción de la gente, las instituciones representativas y la Justicia, que en este caso puede incluir también al Ministerio Público, no están llenando su cometido, pero tampoco se observa disposición a cambiar. La corrupción y la violencia tienen la misma base. ¿Se entiende ahora lo que nos pasa? ¿Podrá entender el benemérito Cardenal primado de América Nicolás de Jesús López Rodríguez por qué se habla tanto de corrupción?, ¿Por qué él no debe decir, no sin mucha soberbia, que está cansado de que le pregunten sobre el asunto?
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