Un joven de 28 años fue linchado en el país africano de Gambia hace una semana, después de ser acusado de robarle el pene a otro. Baba Jallow no le cortó la verga a nadie. Tampoco se la arrancó a mordidas. Más bien, dijo la supuesta víctima, usó brujería para que su joy-stick se encogiera hasta desaparecer. Aparentemente es una acusación relativamente común en el oeste de Africa, donde muchos hombres aseguran haber perdido su pene y después son extorsionados por el brujo para que se los devuelva. Al menos siete “ladrones de penes” han sido linchados en Ghana desde 1997, informa AP. No debe sorprendernos, claro. Los hombres estamos obsesionados con nuestro bagdow, como le decimos cariñosamente. No es casualidad que la mayor parte de los correos basura que circulan en la red son relativos a erecciones permanentes o penes gigantes. El es nuestra posesión más preciada, nuestro báculo de poder imaginario. Aquel, o en particular aquella, que no entienda cuán importante es nuestra relación con la verga, no sabe nada de la vida.
Banner3
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario