Basta de chercha
El superintendente de la Policía de Puerto Rico proclamó ayer que tras el arresto de José David Figueroa Agosto “hombres de traje y corbata” están temblando, mientras que el encargado para el Caribe de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) cree que en cualquier momento “va a correr la sangre”. Tales juicios y pronósticos de José Figueroa Sancha y Javier F. Peña contrastan con los limitados alcances que han tenido las investigaciones sobre la fuga de ese presunto capo de una cárcel boricua y su asentamiento por diez años en República Dominicana. La detención de Figueroa Agosto ha desatado una especie de euforia entre autoridades federales, estatales y dominicanas, que ahora advierten que caerá gente de cuello blanco y que correrá la sangre entre narcos en lucha por ocupar el puesto dejado por el recapturado reo. La sociedad puertorriqueña ha exigido por más de una década que se identifiquen a gente de influencia política y legislativa que habrían provisto a Figueroa Agosto o Junior Cápsulas de documentación falsa para salir de la cárcel apenas tres meses después de una condena de 209 años. El superintendente Figueroa Sancha viaja a República Dominicana con diez teléfonos móviles dizque ocupados a Figueroa Agosto que contendrían información sobre sus conexiones con “gente de saco y corbata” que, según ese funcionario, “ahora mismo están temblando”. Más que excesivos protagonismos y superfluas espectacularidades, Borinquen y Quisqueya reclaman que de una vez y por todas sus autoridades identifiquen a la gente de saco y corbata vinculada a la red de narcotráfico y lavado que se dice lideraba Figueroa Agosto. En torno al caso de Junior Cápsulas, aquí y allá han operado dilatadas y extendidas impunidad y complicidad, por lo que se exige que termine la chercha y comiencen los bailables.
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