"Maratón de besos" entre homosexuales causa revuelo

La comunidad de homosexuales realizó ayer una marcha con motivo del Día Internacional del Orgullo Gay, que sirvió también para reclamar derecho a que ningún ser humano sea discriminado por su orientación sexual. El ordenamiento jurídico dominicano, sin embargo, no considera la condición de transexual o lesbiana, como infracción penal o civil. Las preferencias sexuales divergentes cohabitan en un régimen de derecho donde cada cual pueda ser o actuar de la manera que desea, siempre que no cause un daño a otro o violente alguna normativa jurídica. El derecho de cada quien a expresar libremente su preferencia sexual está limitado sólo en la figura jurídica conocida como “buenas costumbres”, de obligatoria observancia. El maratón de besos entre personas de un mismo sexo, montado el sábado en plena calle El Conde, constituye un inexplicable e innecesario acto de inmoralidad que nada tiene que ver con derechos de homosexuales. Ese festival público de “besuqueos” colisiona con los principios de buenas costumbres que deben observar todos los ciudadanos sin importar sus preferencias sexuales. Se recuerda que una pareja de esposos haitianos fue perseguida porque se besó en público, lo que hace suponer que una juerga de besos entre hombres o entre mujeres, ha de ser un hecho de mayor gravedad. A una colectividad ofendida por el censurable besuqueo de homosexuales en la vía pública, le asiste también derecho de exigir respeto a sus valores y tradiciones.