La Argentina de Leo Messi, que orienta Diego Maradona, puso en marcha este sábado su esperanza mundialista en Sudáfrica-2010, con un gol de 'palomita' de Gabriel Heinze en el minuto 6, que hizo enmudecer las vuvuzelas y bajó 1-0 a las Super Aguilas de Nigeria. Unas 55,000 almas, de las cuales unas 15.000 eran argentinas, asistieron al l legendario templo del rugby de Los Sprinboks, el Ellis Park, en encuentro, posterior al que Corea del Sur batió a Grecia 2-0, por la zona B. El gol de cabeza en 'palomita' arrojándose en vuelo tuvo el efecto de un bálsamo sobre los recargados nervios de los albicelestes y puso en evidencia de inmediato que Juan Verón, ejecutor del tiro de esquina, iba a jugar un papel crucial de bastonero. 'La Brujita' tomó el timón en el medio juego, como eje de rotación para explorar el hueco en la defensa de las Aguilas Verdes y colocar el pase largo o corto que pusiera en acción la velocidad de rayo de Lionel Messi. Los arranques explosivos de Messi fueron la razón de que Argentina pudiese ejercer hegemonía en el control del encuentro, con varias de sus clásicas y finas estocadas al arco que salvó en forma providencial el portero Vincent Enyeama. Los zagueros Joseph Yobo y Danny Shittu sufrían en cada avance porque no podían ponerle candado a la movilidad astuta de Gonzalo Higuaín, pero el centrodelantero se perdía goles claves frente al arco, con la pólvora mojada. El gol tempranero persuadió a los argentinos de pasar a una táctica prudente, basada en congelar el ritmo del juego, poner el balón bajo la suela, enfriar y lateralizar los pases, a la espera de meter un rápido ataque. Hubiese sido aún más profunda la hegemonía argentina si no se hubiese comprobado en el césped que el DT Diego Maradona cometió un error posicional al ubicar como lateral-volante a Jonás 'El Galgo' Gutiérrez. El flanco derecho de la defensa argentina se convirtió rápidamente en el talón de Aquiles de los gauchos, porque por ese andarivel se filtraban cómodamente Chinedu Obasi, Yakubu Ayegbeni y hasta el lateral Taye Taiwo. Pero a Nigeria le fallaba el tiro del final y no había otra variante ofensiva, debido a que Heinze y Walter Samuel clausuraban el ala izquierda y frenaban a Sani Kaita y Chidi Odiah. Javier Mascherano, delante de un sólido y concentrado Martín Demichelis, se convertía en rueda de auxilio de todo compañero en apuros y recuperador nato de balones. Los volantes Lukman Haruna y Dickson Etuhu tampoco podían ponerle cadenas a un guerrero infatigable como Carlos Tevez, pero 'el Apache' quedaba envuelto en estériles luchas mano a mano con los defensores.
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