El primer ministro japonés, Naoto Kan, se mostró confiado en que su país podrá superar las consecuencias del desvastador terremoto y el posterior tsunami, una catástrofe que, unida a los posteriores problemas nucleares, calificó como "la mayor crisis a la que se ha enfrentado Japón desde que terminó la guerra hace 65 años, desde el final de la Segunda Guerra Mundial".
Tras el devastador seísmo, el país se enfrenta a la alerta nuclear en varias centrales. En la central de Fukushima Daiichi -donde este sábado se produjo una explosión en el edificio que aloja su reactor número 1-, acaban de declararse problemas de refrigeración en un tercer reactor. Con esto, los tres reactores que estaban en funcionamiento en el momento del terremoto presentan problemas.
Asimismo, el Organismo Internacional de Energía Atómica acaba de anunciar que se ha declarado el estado de urgencia en otra central nuclear. Se trata de la central de Onawa, en la prefectura de Miyagi, donde ha sido "declarado el primer (es decir, el más bajo) estado de emergencia".
Los tres reactores de la central "están bajo control", según las autoridades japonesas. "La alerta ha sido declarada porque los niveles de radiactividad registrados sobrepasan los niveles autorizados en la zona cercana a la central", ha explicado el organismo internacional en un comunicado. "Las autoridades japonesas intentan determinar la fuente de las radiaciones".
Según dijo poco después la agencia de seguridad nuclear japonesa, la central de Onagawa no tiene problemas de refrigeración. El aumento de los niveles de radiación en sus inmediaciones, asegura, se deben a una fuga radiactiva en otra planta de la prefectura vecina, en alusión a Fukushima. Su central Nº1 está 150 km al sur de la planta de Onagawa.
Situación 'grave' en Fukushima
Naoto Kan afirmó durante su comparecencia en televisión que "la situación sigue siendo grave" en la central nuclear Fukushima 1 (Fukushima Daiichi), mientras las autoridades siguen evaluando los posibles daños causados por el seísmo y las consecuencias para la población.
"Se ha emitido radiación al aire, pero no una gran cantidad. Esto es diferente del accidente de Chernóbil, aunque estamos trabajando para impedir que se extienda la fuga", dijo Kan.
La ansiedad se ha intensificado este domingo sobre este lugar ubicado a 250 km de la gigantesca área metropolitana de Tokio, la mayor del mundo con 35 millones de habitantes.
El primer ministro también confirmó que Japón corre el riesgo de cortes de energía a gran escala, dado que la catástrofe natural ha causado el cierre de varias plantas nucleares.
"Las compañías Tokyo Electric Power (Tepco) y Tohoku Electric Power encuentra en una situación extremadamente difícil para el suministro", comentó. De hecho, el Gobierno permitirá a Tepco interrupciones en un plan de rotación, de modo que regiones enteras quedarán a oscuras. Por eso, Kan pidió a ciudadanos y empresas que reduzcan drásticamente el consumo, para ahorrar recursos.
Los 10 reactores de potencia Fukushima 1 y Fukushima 2, ubicado en la zona devastada por el terremoto, se encuentran parados. Dos días después del terremoto en el noreste de Japón, millones de personas siguen hoy sin electricidad ni agua corriente en las zonas afectadas
Asimismo, confirmó que más de 12.000 personas habían sido rescatadas en las zonas afectadas de la costa del Pacífico, donde los muertos y desaparecidos se cuentan ya por miles.
Naoto Kan pidió unidad a sus conciudadanos para afrontar las consecuencias del grave terremoto. El primer ministro dijo que la situación es "preocupante", al tiempo que mostró su gratitud y "respeto" por la calma con que la población japonesa ha hecho frente al terremoto, que con 9 grados de magnitud ha sido uno de los más graves de la historia.
"No será fácil, pero superaremos esta crisis, como hemos hecho en el pasado", aseguró el jefe del Gobierno nipón.
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