Por Domingo Caba Ramos
Como parte de la llamada lengua coloquial, se registran los dichos o frases populares, técnicamente conocidos con el nombre de vulgarismos.
Existen vulgarismos que afectan el habla general de una nación. Otros sólo tienen vigencia en una región determinada, y otros apenas trascienden el ámbito de una ciudad, una comunidad o cualquier grupo reducido de hablantes.
Tal es el caso, en el habla tamborileña, de las muy usadas voces “sebo”, "seba" y “sebería", particularismos lingüísticos propios o característicos de los hablantes residentes en Tamboril, especialmente de aquellos con más bajo nivel de escolaridad.
Conforme a los antes dicho, todo parece indicar que la vida tamborileña discurre en todo momento entre “sebo”, y “sebería” y conforme a lo antes dicho, en Tamboril no resulta extraño escuchar expresiones como las siguientes:
- “¡Qué sebo…!”- ¡Qué sebería…!”- “Por no hablar la engañaron. Esa es la muchacha más “seba…”- “¡Qué cuento más sebo…!”- “No hables tanta sebería…”- “Ese es el hombrecito más sebo que yo he conocido …”- “No me gustó la blusa que me compraste, está muy seba …”- “Tú si eres sebo...”
A la luz de los ejemplos anteriores, las voces “sebo”, “seba” y “sebería" en la práctica lingüística de los tamborileños, soportan los más negativos significados, o sea, entrañan no sólo uno, sino diversos valores significativos, los cuales describen o aluden siempre a cualidades nada envidiables.
En el caso de la muchacha , por ejemplo, “seba” presumimos que se tratará de una joven tímida o tonta, en tanto que por blusa “seba” habrá de entenderse una blusa fea, anticuada o de mala calidad.
Hablar “sebería” sería lo mismo que hablar tonterías o cosas sin importancia. Y como el “más sebo”, habrá de calificarse al cuento incapaz de provocar risas o carente por completo de gracias, humor o jocosidad.
Y un hombrecito “sebo”, ¿qué significa? Preferimos que sean los amables lectores quienes den respuesta a esta interrogante.
Si usted, amigo lector, escucha a un hablante dominicano emplear en su diaria conversación una de las frases anteriores, no lo pregunte o piense dos veces : es tamborileño.
Si bien es cierto que muchos profesionales, suelen también "ensebar" su habla o hacer uso de los vulgarismos que nos ocupan, conviene reiterar que tales realizaciones léxicas ( "sebo", " seba" y "sebería" ) generalmente aparecen en boca de los hablantes tamborileños de más bajo nivel de instrucción.
Deténgase a escucharlos con mucha atención y muy pronto se convencerá de lo que ya hemos declarado:
La vida tamborileña discurre en todo momento entre “sebo” y “sebería”.
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