Ya uno no sabe distinguir si Macondo se parece a América, o América es Macondo. Esto viene a cuento por la información de que la Primera Dama de Guatemala se va a divorciar de su esposo, el Presidente de la República, para poder optar por el puesto de su marido en las venideras elecciones.
El problema es que el artículo 186 de la Constitución guatemalteca, bajo el título "Prohibiciones para optar a los cargos de Presidente o Vicepresidente de la República", señala que no podrán optar al cargo de Presidente o Vicepresidente de la República: "c) Los parientes dentro de cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad del Presidente o Vicepresidente de la República, cuando este último se encuentre ejerciendo la Presidencia..."
Por tanto, la Primera Dama, como esposa del Presidente, tiene una prohibición constitucional para presentarse, que se quiere obviar con su "divorcio" por mutuo consentimiento.
En verdad, que cuando se pierde el respeto por las instituciones jurídicas de un país y se pretenden burlas las reglas del ordenamiento constitucional con una broma de mal gusto, es que las cosas no van bien en ese país.
Cuando la solemnidad de una institución como el matrimonio tiene que ceder a la ambición política y eso no se denuncia como un fraude a la Constitución, solo le queda a los votantes la opción de sacar del poder a quienes pretenden burlarse de la vigencia plena de la norma constitucional.
Por eso estamos como estamos, como decía la canción. De: Diario Libre/Adriano Miguel Tejada
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