La situación sigue empeorando en la central nuclear de Fukushima Daiichi. Ya presenta problemas en cuatro de sus seis reactores, que en los últimos días han sufrido explosiones, las dos últimas este martes. El primer ministro Naoto Kan arremetió contra el operador de la planta por demorarse en informarle de las explosiones. "¿Qué demonios pasa?", dijo, según la agencia Kyodo.
"La televisión informó de una explosión. Pero al despacho del primer ministro no avisaron de nada durante alrededor de una hora", increpó Kan a los ejecutivos de la compañía eléctrica Tepco, operadora de la central nuclear, según la agencia Kyodo.
La situación más crítica es, ahora, la de los reactores 2 y 4, afectados por las últimas explosiones. El primero ha sufrido daños en la vasija y no se de descarta que también el núcleo se haya visto afectado. En el reactor número 4, que también sufrió un incendio, Tepco ha anunciado que comenzará en dos o tres días a suministrar agua a la piscina de combustible nuclear, cuyo contenido podría estar hirviendo.
Los elevados niveles de radiación en la planta nuclear han llevado este martes a desalojar a la mayoría de los empleados que trabajaban esta mañana. De las más de 800 personas que estaban en la planta, sólo continúan 50 que intentan bombear agua de mar en los sobrecalentados reactores.
Dos orificios en el reactor
El reactor 4 había sido desactivado antes del terremoto del viernes para tareas de mantenimiento, pero ahora urge refrigerar las barras de combustible nuclear gastado que se encuentran en una piscina de refrigeración (donde se había trasladado todo el combustible del reactor) en la parte superior del edificio.
Al igual que es necesario enfriar el combustible del núcleo en los reactores que sufrieron una súbita parada con el seísmo (lo que ahora intentan los técnicos en los reactores 1, 2 y 3), las barras de combustible gastado necesitan estar cubiertas de agua para enfriarlas. Si no se baja la temperatura de estas varillas, podrían dañarse y emitir sustancias radiactivas.
También preocupa el estado de las piscinas de los reactores 5 y 6, que también estaban apagados para tareas de mantenimiento cuando se produjo el terremoto. El ministro portavoz, Yukio Edano, ha reconocido que la temperatura también se está elevando.
Aunque las llamas en el reactor 4 fueron controladas rápidamente, la detonación provocó dos orificios de ocho metros cuadrados en el muro del edificio exterior del reactor, dejando en contacto con el aire la piscina de combustible. Además, el techo se ha agrietado.
El agua se arrojará desde helicópteros que trasvasarán el líquido a través de esos dos agujeros, según ha explicado un alto cargo de la compañía Tepco. Con ello se espera enfriar las barras de combustible en el interior.
Otra alternativa, según las informaciones, sería llevar camiones de bomberos lo más cerca posible a la instalación para inyectar agua a través de los agujeros en las paredes.
Cerca del reactor 4 se han registrado niveles de 400 millisieverts por hora, dijo el Gobierno, si bien a lo largo de la jornada la concentración de radiación ha ido disminuyendo. Según la Asociación Nuclear Mundial, las últimas lecturas han sido de 11,9 millisieverts por hora y, seis horas después, de 0,6 millisieverts. La exposición a más de 100 millisieverts al año es un nivel que puede provocar cáncer, según la Asociación Nuclear Mundial.
El OIEA, 'muy preocupado'
También sigue preocupando el reactor 2 de la central, que sí estaba en funcionamiento cuando el viernes se produjo el seísmo. El gobierno nipón ha reconocido que la explosión registrada en este reactor -vinculada a la presencia de hidrógeno, tal y como sucedió en las unidades 1 y 3- habría dañado la vasija de contención (la estructura más cercana al núcleo, diseñada para proteger de posibles fugas radiactivas).
"Tras las explosiones en los reactores 1 y 3, las vasijas de confinamiento han permanecido intactas según las informaciones [disponibles]. Sin embargo, la explosión que se ha producido en el reactor 2 de la central de Fukushima Daiichi ha podido afectar a la integridad de la vasija de contención", anunció la agencia de Naciones Unidas.
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En rueda de prensa, el director del OIEA, Tukiya Amano, ha reconocido además que podrían haberse producido daños en el núcleo del reactor. Los daños "serían de menos del 5%", dijo Amano. "Son sucesos muy preocupantes", ha dicho Amano, que ha rechazado comentar una posible fusión del núcleo del reactor.
La pesadilla nuclear
Tras el devastador seísmo que sacudió Japón el pasado viernes, los problemas de central de Fukushima Daiichi han hecho revivir en el país la pesadilla nuclear. Los últimos acontecimientos han hecho que el desastre se eleve ya a un nivel 6 -es decir, un "accidente nuclear importante"- sobre 7 (Chernóbil fue un accidente de nivel 7 y Three Mile Island, de nivel 5).
Al día siguiente del seísmo, se produjo la primera explosión en Fukushima Daiichi, en su reactor número 1 (el primero que mostró problemas de calentamiento y elevada presión), que aparentemente sólo produjo daños en el edificio.
La madrugada del domingo al lunes, fue el reactor número 3 el que registró una explosión. Anoche, el reactor número 2 sufrió una nueva explosión (a las 6:10 del martes en Japón, 22:10 horas del lunes en la Península). Unos minutos después, registraba una explosión en el número 4, el único de los afectados que se encontraba parado en el momento del seísmo. Tres horas después, se declaraba un incendio en este edificio.
"La posibilidad de una mayor filtración radiactiva está aumentando", reconoció el primer ministro Naoto Kan en un discurso a la nación. "Estamos haciendo todos los esfuerzos posibles para evitar que se extienda la filtración. Sé que hay mucha gente preocupada, pero quisiera pedirles que actúen con calma", dijo un sombrío Kan.
Críticas al Gobierno y a Tepco
Los medios japoneses han asumido una postura más dura por la respuesta de Kan frente al desastre y han arremetido contra el Gobierno y el operador de la planta nuclear, Tepco, por no ofrecer suficiente información sobre el incidente.
El Gobierno japonés reconoció que la crisis de la planta nuclear ha provocado fugas radiactivas que podrían afectar a la salud y recomendó a los residentes que se encuentran hasta 30 kilómetros de distancia que se queden en sus casas, apaguen los sistemas de ventilación y cierren las ventanas.
Los niveles de radiación se han incrementado en varias localidades japonesas, incluida Tokio, y la población hace ya acopio de agua embotellada, mascarillas y víveres, y se prepara para permanecer en sus casas.
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