Por Colombo
Lo peor no es que a Amable no le signifique mucho la palabra decencia, ni que conciba la política como un simple salchichón a la garata con puño, ni que le importe nada el qué dirá la gente, ni que la Liga le deje mucho más que el barrilito, ni que la Junta no pueda o no quiera imponerle que se juramente como ordenan estas leyes podridas. Lo que da pena es que el pueblo higüeyano lo reelija sin ninguna vergüenza.
0 comentarios:
Publicar un comentario