El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitó este sábado el estado de Florida, donde reafirmó su compromiso con los afectados por el vertido de crudo del golfo de México y en cuyas aguas se bañó junto a su hija Sasha. Obama quiso demostrar que las playas de la zona son seguras para los turistas, aseguró que están "abiertas" para nuevos inversores y reiteró que, a pesar de que hace ya un mes que el vertido fue contenido, su Administración seguirá adelante con los trabajos de limpieza del crudo.
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